capitulo 14

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A lo largo de la noche, Estrella de Fuego y Tormenta de Arena

caminaron lentamente río arriba bajo un fino gajo de luna. Dejaron

atrás la familiar extensión del río con el Poblado Dos Patas

alzándose tristemente en un mar de lodo, y el camino que conducía

allí. El río se encogió y fluyó con mayor velocidad, traqueteando

sobre las rocas; un seto espeso lo bordeaba, lo que dejaba tan solo

un pequeño sendero para que pasaran los gatos.

Estrella de Fuego no sentía la necesidad de conversar; era más

que suficiente el tener de vuelta a Tormenta de Arena que caminaba

a su lado. Por fin, los primeros rayos del amanecer aparecieron en el

horizonte.

El cielo adquirió un tono blanco como la leche y, uno a uno, los

guerreros del Clan Estelar parpadearon hasta desaparecer.

– ¿Crees que deberíamos comer ya?- sugirió Estrella de Fuego.

No quería que Tormenta de Arena pensara que tomaba él todas las

decisiones.- Y así podremos descansar un poco.

– ¿Qué?- los ojos verdes de Tormenta de Arena se ensancharon

de incredulidad.- ¿Descansar? ¿Comer? ¿Es que tienes cerebro de

ratón? Tenemos que seguir.

Estrella de Fuego se la quedó mirando.

– Bueno, si es lo que quieres...

Un brillo divertido se reflejó en los ojos de Tormenta de Arena y

emitió un bufido breve como risa.

– No, estúpida bola de pelo, solo bromeaba. Comer me parece

una idea fantástica y en cuanto a lo de descansar, ¡prácticamente me

duermo sobre las patas!

Tras golpearle la oreja con la punta de la cola, Estrella de Fuego

se detuvo y abrió bien las fauces para olfatear el aire. Había un

fuerte olor a campañol. Tormenta de Arena enderezó las orejas hacia

delante.

– Ahí- murmuró.

Estrella de Fuego atisbó a la criatura que emergía del agua a un

par de colas de distancia orilla arriba.

– Si no tenemos cuidado volverá directo al río.

– Quédate aquí- susurró Tormenta de Arena.

Escabulléndose por un lado del seto, pasó de largo al campañol

y comenzó a arrastrarse hacia él desde el lado opuesto. Cuando

estuvo cerca de él saltó hacia el río y el agua salpicó a todas partes

entre sus patas. Sorprendido, el campañol corrió como una

exhalación hacia la orilla, directo a las patas de Estrella de Fuego.

Lo mató con un rápido mordisco en el cuello.

– ¡Eso ha sido genial!- exclamó mientras Tormenta de Arena se

reunía con él sacudiéndose las patas mojadas.

La Busqueda de Estrella de FuegoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang