capitulo 26

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Estrella de Fuego durmió del tirón y se despertó al amanecer

para ver que el cielo estaba cubierto por nubes. Soplaba una brisa

fresca y unas cuantas hojas caían danzando desde los arbustos de la

cima del risco. No faltaba mucho para la hoja caída. Tras acicalarse

rápidamente, intentó olvidar los miedos de la noche anterior. El

significado de la profecía de Guardián Celestial se ocultaba en las

lunas venideras. Ahora no podía hacer nada al respecto.

Cola de Trébol y sus crías se habían acomodado por fin en la

maternidad, lo que dejaba hueco a los nuevos guerreros del Clan del

Cielo para que compartieran la gran cueva con Estrella de Fuego y

Tormenta de Arena. Inquiero por hacer algo, Estrella de Fuego

atravesó la cueva y empujó a Garra Afilada con una pata.

– ¿Qué...?- el guerrero levantó la mirada, parpadeando.

– Es hora de que salga la patrulla del alba- anunció.

Garra Afilada se quejó y, luego, salió del lecho y se sacudió las

trozos de helecho y musgo del pelaje mientras Estrella de Fuego

despertaba a Motea Hojas.

– No llevaremos a Zarpa de Cereza y Zarpa de Gorrión y

patrullaremos las fronteras- explicó.

Motea Hojas se mostró confundida.

– Pero si no tenemos frontera.

– Vamos a crear algunas.

Les condujo por la senda hasta la cueva escogida para ser la

guarida de los aprendices, preguntándose cómo se las habrían

apañado Zarpa de Cereza y Zarpa de Gorrión en su primera noche

lejos de los Dos Patas. Se recordó acomodándolos la noche anterior,

ayudándoles a llevar musgo hasta la cueva junto al río y

preparándolo en lechos cómodos.

Los ojos de Zarpa de Gorrión se habían ensanchado de

nerviosismo mientras se ponía el sol y la noche se arrastraba por la

quebrada.

– Me pregunto cómo se sentirán nuestros amos- había

murmurado.

Zarpa de Cereza le dio un lametón apaciguador.

– Estarán bien, igual que nosotros. Ahora somos gatos de clan.

Pero Estrella de Fuego se había fijado en que la punta de su cola

se retorcía, y supo que no lo tenía tan claro como pretendía.

Cuando los otros guerreros y él llegaron a las afueras de la

cueva esa mañana, Zarpa de Cereza salió de golpe con el pelaje

apuntándole en todas direcciones.

– ¿Nos vamos de caza?- quiso saber- ¡Me muero de hambre!

– Los veteranos y las reinas comen primero- le recordó Garra

Afilada con una mirada a Estrella de Fuego.

La Busqueda de Estrella de FuegoWhere stories live. Discover now