– No pasa nada- maulló Estrella de Fuego- No hemos venido a
hacerte daño. Solo queremos hablar.
Lunático lo miró a través de unos enormes ojos azul claro. Debió
haber sido una vez un gran y poderoso gato, pero ahora estaba
escuchimizado y en los huesos. Su pelaje gris era escaso y
quebradizo y tenía el hocico blanquecino por la edad.
– Bueno, pues yo no quiero hablar con vosotros- gruñó.
Dándose media vuelta entró otra vez a trompicones en su
guarida. Su pelaje gris se camufló entre las sombras; todo lo que
veía Estrella de Fuego era el resplandor de sus ojos que brillaban
con una mezcla de miedo y enfado.
Eran exactamente del mismo color que los ojos del líder del
Clan del Cielo que había visto en sus sueños. Se sentía tan cerca del
Clan del Cielo que parecía que un solo paso le conduciría hasta esa
cueva repleta de guerreros.
Despacio, con las garras enfundadas, se acercó a una cola de
distancia de la guarida. Tormenta de Arena se situó junto a su
omóplato.
– Por favor- maulló- Hay mucho que te queremos preguntar.
La respuesta de Lunático fue un siseo desafiante.
– Dejadme en paz.
– ¿De verdad quieres eso?- el tono de Tormenta de Arena fue
amable- ¿No has estado solo ya el tiempo suficiente? Queremos
ayudarte.
– Largaos- gruñó el viejo gato- No necesito vuestra ayuda. No
necesito a otros gatos. Así es mi vida ahora.
Estrella de Fuego sabía que podían obligar al viejo guerrero a
responder sus preguntas, pero Lunático que había sufrido suficiente a
patas de los mininos domésticos... y seguramente a patas de los
proscritos y solitarios que se cruzaran con él. Además, parecía muy
capaz de provocar a cualquier atacante un feo arañazo. Estrella de
Fuego quería ganarse su respeto no su hostilidad. Luchar no era la
respuesta.
Llamando a Tormenta de Arena con la cola se retiró un par de
pasos por el sendero.
– Vamos; dejémosle solo- murmuró.
La cola de Tormenta de Arena se elevó por la sorpresa.
– ¡Pero si acabamos de encontrarle!
– Cierto, pero no hacemos nada aquí. Nunca conseguiremos que
hable si está protegiendo su guarida.
– ¿Qué hacemos entonces?- preguntó Tormenta de Arena.
– En unos cuatro soles habrá luna llena- explicó Estrella de
Fuego- Volveremos a la cueva y esperaremos hasta que él vaya a la
quebrada. Quizá no esté tan a la defensiva en campo abierto y en una
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La Busqueda de Estrella de Fuego
FantasyPor fin hay paz entre los clanes guerreros y los cuatro prosperan bien. Es entonces cuando Estrella de Fuego, el legendario líder del Clan del Trueno, descubre un secreto impactante: el Clan Estelar, los ancestros guerreros que guían sus huellas, le...