El Premio De Ciencias

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Hacia mucho no volvía a California, mucho a decir verdad, no estaba ahí desde que tenía dieciocho años, y de eso ya hace mucho tiempo, y estar ahí solo hacia que mis recuerdos me atormentaran. Todo sigue ahí, tal y como estaba antes, cada alumbrado en su lugar, el mismo olor y la brisa, y también mi antigua vida, casi me veía hecha humo caminando como hacia años por las calles, no todo era tan triste, pero era pasado y así debía tomarlo. Lamentablemente Mike ya estaba ahí, iba a asistir, estaba nominado, además su padre estaría ahí. Los tres internos y otros médicos del hospital se hospedaron en el mismo hotel lujoso, alguien ya había pagado así que solo disfrutábamos. Me di una ducha larga y es que lo necesitaba, me maquillé como de costumbre, me puse un vestido blanco de flores muy veraniego, el lugar era más caluroso de lo que lo recordaba, y un par de zapatos color crema con algo de tacón, además de mi bolso cruzado donde llevaba un labial, y mi teléfono, los internos querían salir a conocer la ciudad como buenos turistas y yo ya la conocía, así que salí con ellos a caminar a una de la plazas principales y a comer a un lugar que recordaba con cariño, en una azotea llena de flores y con la mejor comida de todas.


-¿Cómo conoce tan bien California? - Boneta se veía demasiado guapo con un pantalón de vestir color crema y una playera azul, resaltaba su pecho bien trabajado, y su cabello alborotado y ondulado era magnífico, además de su aperlada sonrisa -


-Viví aquí mi juventud, conozco muchos lugares aquí, de todo tipo en realidad - reí graciosa de recordar las tonterías que hice en el pasado - No sólo veas lo que ya conoces, ve a la gente, ve las cosas que te rodean, para todo hay tiempo mis niños -


-Doctora no nos diga niños, apuesto que tiene veintisiete años - Cameron tenía los ojos más lindos y dulces de todos, había algo en su sonrisa que me hacía sentir tranquila, pero era demasiado joven y yo demasiado rara, el llevaba un pantalón negro y una camisa azul con puntos blancos, su cabello estaba perfectamente peinado, y parecía más obscuro de lo usual por el gel que usaba, su color zanahoria sería perfecto si no se pusiera nada en el cabello y lo dejara acomodarse sólo -


-No me digan doctora ese no es mi nombre, ni Alcázar no es mi nombre, no me agrada en realidad mi nombre pero que me llamen por mi apellido me hace sentir regañada, díganme Madelein y no, dejé los veintes hace algún tiempo, de hecho cinco años más y dejaré los treintas - por poco escupen el café y el jugo al escuchar mi edad, nadie me lo cree pero bueno así son las cosas algunas veces -


Ellos se fueron por ahí después de terminar de comer yo quería caminar un poco más, no quería ir a mis antiguos lugares, solo quería oler la ciudad, beber un café en una terraza o algo tranquilo, no quería ir al sitio donde seria el evento, no quería imaginar que ganaba, solo caminé, quizá lo estaba haciendo en círculos, pero me daba de lo más igual solo quería serenar mi mente. Entré a una librería y compre un libro de poemas, son mis libros favoritos. Caminé por una plaza hasta llegar a un café muy lindo al estilo de los años veinte, otra de mis cosas favoritas, me senté en una pequeña terraza, el aire me hace sentir que no estoy encerrada, pedí un café helado con granos de café recubiertos de chocolate. Comencé a leer con calma, no tenía prisa aún podía volver a las ocho y cambiarme de manera elegante para sus tontos premios. Estaba demasiado distraída, leyendo mis poemas cuando unas manos obstruyeron la hoja del lado izquierdo, estaba algo desconcertada, alcé la mirada para ver quién había sido el pesado y me topé con unos ojos celestes muy conocidos, y una magnífica sonrisa aperlada, aquel caballero con ropa suelta y playera de activista era solo un recuerdo, estaba vestido como todo un caballero con un traje color gris y una camisa blanca con una corbata roja, su cabello no estaba más al viento, estaba perfectamente peinado, y sus rizos se veian más firmes, no había ni un solo cabello en su barba.


Cuando Nos Descubra La Casualidad Where stories live. Discover now