Capítulo 20

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* * *

Me detengo antes de salir y me doy la vuelta, Jocelyn está parada detrás de mí con una sonrisita. De verdad es preciosa, se parece a papá. Da un saltito y cierra con premura la distancia entre las dos, sus brazos rodean mis piernas, alza la cabeza para mirarme desde abajo, sus enormes ojos me derriten el alma.

—¿Vas a volver? —pregunta haciendo un puchero adorable. Mi padre se aclara la garganta.

—Jocie —la llama. Se queda quieta, no deja de mirarme con esperanza. Le regalo una sonrisa sincera, con los dedos peino su coleta.

—Te prometo que nos veremos pronto, tienes que presentarme a Muppet —digo.

—¡Va a ponerse muy feliz cuando le diga que quieres conocerlo! —exclama y me suelta. Como si fuera un huracán se va corriendo, sube las escaleras y desaparece, dejándonos en silencio.

Me recompongo enderezando la espalda, al alzar la mirada me encuentro con la de Ritta fija en mí, quien me sonríe y musita un «gracias». No le respondo ya que no sé qué decir, no lo hago por ella, tampoco por mi padre, vine por mí, porque cuando era pequeña no soñaba con otra cosa más que con tener un hermano, alguien con quien compartir aventuras, alguien que estuviera conmigo durante las noches llenas de gritos y discusiones.

No sé cuándo fue que la relación de mis padres se rompió, puedo estar con Ritta en la misma habitación, pero eso no quiere decir que me sienta cómoda teniéndola alrededor. Es cálida y amable, nada más, no pienso tener una amistad ni ponerme a charlar más de la cuenta. Respeto a mi padre y lo amo, así como amo a mi madre, saber que estoy frente a la mujer que le ha causado tanto dolor no es agradable.

Papá se acerca, abre sus brazos frente a mí, sin dudar lo abrazo y escondo la cara en su camisa. Estoy feliz por haber venido, también triste, es confuso, no puedo decidirme. Me alegra tener una hermana, pero al mismo tiempo no se siente correcto y eso me mata.

Respiro hondo para no ponerme a lloriquear.

—Gracias por entenderlo, cariño —murmura.

Segundos después me deja libre, me despido con una sonrisa. Oliver me ofrece su brazo, lo tomo con rapidez, mis piernas siguen temblando, siento que en cualquier momento voy a caerme.

El camino al coche lo hago tensa, con los dedos apretando la piel de Doms, me conduce por el camino sin pronunciar palabra. Una vez frente al vehículo, observo la puertilla que ha abierto para que entre, y me rompo. En un instante mis mejillas se empapan, me convierto en una tormenta.

Me derrumbo, quiero doblarme a la mitad pues siento que el dolor y la ansiedad van a consumirme, pero Oliver no me lo permite. Sus brazos me rodean, lentamente me lleva a su pecho, en donde hundo el rostro. Le regreso el abrazo con fuerza, esto es lo único que quería. Mis lágrimas mojan su ropa, al parecer no le importa, no disminuye el agarre.

—Fuiste muy valiente —susurra cuando logro tranquilizarme.

—Es hermosa —digo compungida—. Siento que estoy traicionando a mamá.

—Lo principal es no traicionarte a ti, si lo que quieres es conocer a esa niña que no tiene la culpa de los errores de los adultos, al igual que tú, entonces conócela, es tu hermana y tienes derecho, además, creo que ya se adoran. —Se me escapa una risita—. Estoy orgulloso de ti.

Me echo hacia atrás, me concentro en ese par de ojos verdes.

—¿Por qué?

—Sé lo que se siente, Han —dice—. Me hubiera gustado tener un hermano como tú, yo soy como Jocelyn.

Química imparable © (AA #2) [EN LIBRERÍAS]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें