Capítulo 35

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Me quedo quieta contemplando al alumnado, hay algunos bailando en la pista, otros se encuentran junto a la mesa de bocadillos, y los que restan están sentados en las gradas del gimnasio; pero, si de algo estoy segura, es que se están divirtiendo.

La decoración es perfecta, hay globos de colores pegados al techo y un que otro deambulando en el suelo. Las luces estroboscópicas hacen que lo que antes era aburrido, ahora se vea mágico. Todo esto sucedió gracias a Natalie Drop, pues prácticamente no hice nada más que aceptar las propuestas que otros dieron. Hizo un gran trabajo.

El director asiente, de pronto la música se detiene y yo tengo que acercarme al micrófono. Los escenarios nunca me han gustado, disfruto más mirando el espectáculo. Sin embargo, todos están esperando que la presidenta de la sociedad de alumnos diga algo para decir adiós. La graduación ha llegado y en unas cuantas horas dejaremos atrás lo que vivimos aquí.

Primero se quejan, protestando por la falta de música, entonces me aclaro la garganta, una luz me ilumina dejándome ciega por unos segundos. Veo los rostros de un montón de chicos y chicas, ellos me miran a mí. Shawn está junto a Natalie, los dos levantan los pulgares al mismo tiempo, sonrío un poco.

—El día que estuvimos esperando durante tanto tiempo al fin ha llegado, y estoy segura de que la mayoría tiene tanto miedo que desearía regresar al pasado para volver a sentarse en los pupitres del salón de clases por primera vez, volver a sentir la emoción que daba decorar cada año las puertas de nuestros casilleros, audicionar para entrar a algún taller. Las cosas ahora serán diferentes, tendremos que audicionar para seguir viviendo el papel del resto de nuestras vidas, ¿quién asegura que lo haremos bien y que nuestra obra recibirá buenas críticas? El futuro es más incierto que el infinito, el futuro no se puede medir, el futuro ni siquiera existe. Entonces, ¿por qué nos preocupamos tanto por él? —Guardo un minuto de silencio y continúo el discurso—: Porque duele despegarse de lo conocido, duele emprender nuevos caminos que quizá nunca más coincidirán con las personas que hoy amamos, duele porque no tenemos la certeza de que nuestros esfuerzos valdrán la pena. ¿Qué podemos hacer? Guardar en la memoria los recuerdos que nos sacarán una sonrisa, los malos que nos dejan enseñanzas pues, lo que sí es seguro es que hoy estamos parados aquí y alguna vez no estuvimos seguros de lograrlo. ¡¡Fuerza generación 2017!! El futuro no existe, nosotros sí.

Una oleada de aplausos y gritos inunda la sala, doy un paso atrás para alejarme de la luz y regreso a la zona segura.

Media hora después un tumulto de estudiantes hace alboroto, entre ellos el equipo de fútbol americano. Entrecierro los ojos para enfocar, me sorprende ver la melena rojiza de Mirian, quien entra a la fiesta con pasos decididos. Lleva un vestido rosa pegado al cuerpo y tacones de plataforma. Brenda está junto a ella, creo que las dos siempre fueron grandes amigas, razón por la cual sentía que me excluían.

Ambas se separan cuando dos chicos las invitan a bailar, me gustaría tener la confianza de ir y preguntarle si está bien, no lo hago. Ya todos se están divirtiendo, incluso algunos profesores se han unido a los graduados en la pista. El director me da un asentimiento otra vez, indicándome que ya no hago falta, si las cosas fueran diferentes en este momento estaría bailando.

Química imparable © (AA #2) [EN LIBRERÍAS]Where stories live. Discover now