Capítulo 17

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Esa tarde no salí de mi habitación hasta que Karen nos llamó a cenar. Durante la tarde había estado dormitando, teniendo mini pesadillas entre los minutos que estuve despierta, por lo que al bajar tenía acumulados esos sentimientos de nerviosismo y miedo que te dejan los malos sueños.

Mientras comíamos hablaban Karen y Greg acera de la familia y un cumpleaños cercano al que querían que fuéramos todos, incluida yo, aprovechando que ya me estaba volviendo más cercana a quienes me rodeaban. De fondo se escuchaba la música de la radio, la que interrumpió la transmisión repentinamente para que la voz del locutor diera unas últimas noticias locales, en la que destacaba el rastreo de unos seres mágicos en una discoteque, haciendo un llamado final a tener cuidado con ellos.

—Ojalá los encuentren luego —exclamó Greg cuando el locutor anunció que volverían a su transmisión normal.

—Papá, no hables así de ellos, menos frente a Laura —pidió Jaime con tono serio, el cual me asustó ante el peligro de que me delatara con su petición. Mis ojos se abrieron mirándolo con miedo e impresión al verlo enfrentarse a su padre por primera vez, pero eso no me quitaba las ganas de querer hacerlo callar de un modo u otro.

—¿Por qué no? —Preguntó Ruth dispuesta a defender a su padre, tal y como había hecho en otras ocasiones.

—Respeta a tu hermana, todos sabemos lo que su amigo era y no era un chico malo —continuó Karen la petición de su hijo.

—Nosotros no lo conocíamos bien. Además, la vez que salieron juntos hizo que Laura regresara tarde y se encontrara con los de la Liga haciendo ese acto desagradable. Si tan buen chico era, la habría hecho regresar más temprano...

—¡Tú no lo conocías ero yo sí! —Alcé mi voz con lágrimas en los ojos de rabia. Me levanté de la silla debido a la adrenalina que de pronto se disparó en mis venas y posé mis ojos en aquel hombre que ante la ley era mi padre. Debería haber sentido cariño, agradecimiento y muy en el fondo tenía esos sentimientos, pero se veían tapados por la impotencia que me daba el verlo hablar tan mal de nosotros y no poder hacer nada al respecto. Logré escuchar a Karen murmurar un "tranquila" para apaciguar mis emociones y regresara a mi asiento, pero bruscamente le respondí—: no, no estoy tranquila cuando dos integrantes de esta familia, que se supone también es mía, odian a mi amigo sin saber que con odiarlo a él me odian a mí.

Sin decir más me paré de la mesa y corrí por las escaleras para terminar encerrada en mi cuarto, ¿Qué había hecho?, me estaba delatando yo misma. Me tumbé en mi cama boca abajo pensando en cómo escapar de todos estos problemas, imaginando una vida perfecta, creyendo que pronto acabaría esa horrible pesadilla que no me deja ni respirar tranquila.

***

Al recibir la bandeja con mi almuerzo busqué algún lugar en el casino donde me pudiera sentar sola, intentando ignorar por completo a Jaime y los demás chicos. No estaba pasando por mi mejor día, el nudo en la garganta no me había abandonado y lo que menos deseaba era sentarme a una mesa donde alguien me ignoraría y además correría el riesgo de que otro me molestara. Me refería a Tomás que había cambiado su actitud debido a mi rechazo y a Richard que hacía bromas en los momentos menos indicados.

En casa los ánimos no estaban mejor, el desayuno fue silencioso, con un Greg que lucía pensativo y decepcionado, una Ruth que había vuelto a tener esa actitud molesta conmigo, Jaime callado y Karen tratando de crear un ambiente familiar, como aquel del que gozábamos antes de que yo tirara la bomba la noche anterior. No podía evitar sentirme culpable al generar ese tipo de efecto en una familia que había querido lo mejor para mí. Me habría gustado cambiar mi naturaleza para convertirme en lo que seguramente ellos querían, pero solo era yo, una hechicera que ni siquiera podía mostrar su verdadero yo porque estaba hechizada.

La última hechiceraWhere stories live. Discover now