La última hechicera

Epílogo

Ver a todos vivir tan tranquilamente sin saber el peligro que vivieron aún me causa náuseas, pues soy la única que recuerda aquel período oscuro en el que nos vimos sometidos a distintos tipos de atrocidades. Es increíble como un solo detalle puede cambiar por completo la vida como la conocías, porque si antes fuimos completos enemigos de los humanos ahora somos un pilar fundamental para su desarrollo, ayudándolos a encontrar distintos métodos para cuidar su mundo, sin descuidar el nuestro.

De regreso a mi época me fui a vivir con mis padres, teniendo que acostumbrarme nuevamente a ellos y a aprender los recuerdos que me perdí, olvidando aquellos que aún me atormentan en forma de pesadilla. Casi no voy al mundo real, pero las veces que me escapo me gusta ver cómo les va a los Brito con su nueva hija humana y Tomás en su existencia sin mí. Muchas veces me pregunté si le gustaría la hermana de Jaime tanto como le gusté yo.

Sentada en el parque por el que él pasaba para ir a casa esperaba a verlo, sin pensar que tendría algún pretexto para hablarle. De su mochila semi abierta cayó su estuche sin que se diera cuenta, por lo que me acerqué a recogerlo para devolvérselo.

—Gracias —dijo sonriendo amablemente, estudiando un poco más de lo normal mi rostro, como si pudiera reconocerme de algún lugar. Mi corazón se aceleró ante ese pensamiento, pero las ilusiones se vieron rotas cuando se despidió para marcharse sin añadir nada más.

—Me alegro de que seas feliz, Tomás —me atreví a confesar sinceramente, pues su rostro contento me llenaba de más alegría que aquel bañado en lágrimas que dejé al viajar en el tiempo, similar a lo que ocurrió con los Brito.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Quizás nos conocemos.

—Imposible.

—No tanto... tal vez nos conocemos de otra vida.

—¿Cómo te llamas?

—Tú me llamabas Laura.

Sabía que las cosas no serían como yo las recordaba, que si quería volver a relacionarme con él sería más difícil con las nuevas circunstancias. Pese a ello, estaba dispuesta a ser nuevamente su amiga, ahora mostrándole mi verdadero ser.