SEIS

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Camila la noche anterior se durmió pensando que no había nada más incómodo que dormir en la misma cama que Lauren, pero ese pensamiento se vio inmediatamente borrado de su mente en cuanto abrió los ojos y se encontró con una Lauren dormida frente a ella con su cabello negro enredado en la almohada, su boca un tanto entre abierta, sus párpados cerrados y su respiración irregular señalando su estado completamente dormido.

Sencillamente Camila no había pensado en lo que conlleva mudarte a vivir con alguien y aún más si ese alguien, es a quien apenas y conoces sus datos básicos. Ella solo se dejo llevar con el fin de esconderse lo más que pudiera de sus padres. Ella sabía qué tal vez estaba haciendo mal pero prefería hacerlo de aquella manera a recibir enfados, reclamos y sabrá que más.

De Austin no había vuelto a saber absolutamente nada. Camila ciegamente consideró la idea de que al siguiente día del baile la buscaría, le pediría perdón y juntos criarían a su bebé, más sin embargo claro que no pasó, pues Camila no lo sabía pero el chico apenas y preparo sus maletas se fue en el primer vuelo que encontró.

La latina noto como la persona a su lado comenzaba a moverse despertando poco a poco. Le entro pánico por lo que optó por cerrar de nuevo los ojos haciéndose la dormida.
Después de unos minutos Camila sintió como se movía la cama dándole a entender que Lauren se levanto y tras escuchar un golpe seguido de un grito de dolor escucho como cerraban la puerta. Sintiéndose segura, abrió de nuevo los ojos lentamente mirando a su alrededor y sí, efectivamente Lauren se encontraba en el baño o al menos eso pensó. Se giró boca arriba lamentándose de la situación en la que ella sola se había metido.
Por su mente pasó el dejar todo y regresar a San Francisco. Recordó que traía dinero y servía suficiente para pagar su vuelo de regreso.

Lo que Camila no sabía es que una Lauren pensaba totalmente lo contrario detrás de la puerta. Ella cepillaba sus dientes con esmero, lo menos que quería era causar una terrible impresión. Lauren optó por dejar la ducha para después de desayunar. Al mirarse al espejo después de enjuagar su boca dejándola libre de espuma, trato de alisar su desordenado cabello y vino a si mente lo hermosa que se veía Camila durmiendo, así simplemente con su cabello desparramado sobre su almohada de manera descuidada y natural, sus párpados cerrados y sus facciones relajadas era absolutamente hermosa. Cayó en cuenta que era la única persona que se encontraba preciosa al dormir.

Camila escuchó el sonido del pomo de la puerta y automáticamente volvió a cerrar los ojos. Dejo de escuchar movimiento por lo que abrió un ojo lentamente para averiguar lo que pasaba y se quedo pasmada al ver a Lauren Jauregui quitándose la blusa que uso para dormir quedando en unos shorts cortos y su sujetador. Gracias al reflejo del espejo pudo ver el abdomen definido que poseía Lauren y se sorprendió al pensar si se sentiría igual de duro al tocarlo como se veía. Volvió a cerrar los ojos en cuanto la vio girarse tomando unos pantalones oscuros y sin más escucho como cerraban la puerta.

Una vez sola Camila suspiro regañándose internamente por su pensamiento anterior. Ella jamás había tenido ese tipo de pensamientos por una chica y no tenía porque ser la primera vez. Cuando se recompuso decidió salir de la cama y camino al baño para hacer sus necesidades matutinas. Se cambio de ropa poniéndose unos jeans y una blusa que dejaba al descubierto su abdomen, no quiso buscar zapatos en la maleta por lo que utilizó los mismos tennis blancos del día anterior.

La latina se sorprendió al no ver a nadie en la sala, camino a la cocina pero también se encontraba vacía, decidió por ir al baño y después de dar unos pequeños golpes a la puerta y no tener respuesta alguna lo abrió y se encontró con lo mismo. No había ni un solo rastro de Lauren en todo el departamento y se lleno de pánico, se dejó caer en el sillón para tratar de tranquilizarse. Sinceramente ella no sabía ni que mierda pensar solo sabía que se encontraba sola en aquel departamento horriblemente decorado, en una ciudad en la que nunca había estado.

Mientras el tiempo pasaba con el también pasaban los pensamientos de Camila. ¿Quizás había sido demasiado al haberle parecido desagradable dormir con ella? Quizás y Lauren noto su tono de voz y decidió irse para no soportar los berrinches de una niña mimada, después de todo también era difícil para Lauren, ella también estaba acostumbrada a una buena vida y ella no se vio haciendo muecas de desagrado al conocer el lugar.

Las lágrimas de Camila comenzaron a rodar por sus mejillas. Sin notarlo la puerta de la entrada se abrió revelando a una Lauren con una sonrisa animada en los labios y en sus manos el desayuno para ambas.
Pero el rostro de Lauren cambio cuando se encontró a Camila llorando desconsoladamente en la sala.

–Hey ¿Qué ocurre?–Se escucho la voz de Lauren preguntar.

Camila alzo la mirada encontrándose con los ojos esmeraldas de Lauren preocupados y sin pensarlo dos veces se lanzó a sus brazos dejando escapar los sollozos.
Lauren dejó en la mesa de centro la bolsa y se sentó con Camila en su regazo abrazándola con fuerza al igual que como Camila la abrazaba a ella. Lauren le acaricio la espalda de arriba a abajo tratando de calmarla susurrándole al oído que todo estaba bien, al notar que seguía de la misma manera comenzó a mecerla de un lado a otro.

–Shh.. tranquila, todo está bien.–Camila escucho la voz de Lauren susurrarle pero pareciera que eso solo provocaba que su llanto intensificará.–¿Qué pasa? Habla conmigo.–Lauren le pidió a Camila para tratar de entender el porque de su llanto.

–Pensaba que te habías ido... pensé que nos habías abandonado.–Dijo Camila en medio de sollozos.
Esta sintió como la abrazaba con más fuerza Lauren y dejo esconder su rostro en el hueco de su cuello.

–Eso no pasara Camila, eso jamás pasará. Mírame.– La chica escucho a Lauren y aunque ella lo que menos quería era que la viera de aquella vulnerable manera lo hizo.

–Créeme, jamás te abandonaré, jamás los abandonaré.

Y así se quedaron ambas una encima de la otra mientras la chica de ojos esmeraldas las mecía de nuevo tratando de aliviar el llanto de Camila.

La latina sin darse cuenta se dejó consolar por Lauren y, aunque ella no lo quisiera admitir, Lauren tuvo el poder de calmarla y lo hizo tan fácil que ninguna de las dos lo notó, pero, apenas y eran audibles los sollozos de Camila y aún así seguían en la misma posición.

Camila se quedo dormida, la chica de ojos esmeraldas sintió la respiración irregular de Camila pero siguió acunándola en sus brazos acariciando su cabello. Se vio sonriendo al sentirla tan cerca de ella y no pudo evitar sentir miles de mariposas en su estómago. Aún así, cuando pensó que ya había sido demasiado, la tomo en brazos llevándola a la recámara que ambas compartieron la noche anterior. La deposito con delicadeza en la cama y tras verla dormir unos cuantos minutos salió cerrando la puerta.

Creo en ti  [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora