DIEZ

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–¡Camila, la cena está lista!–

La latina escucho a Lauren avisarle desde la cocina. Ella se encontraba acomodando su ropa que había lavado el día anterior. Se sintió un poco inútil al tener que preguntarle a Lauren como se usaba la lavadora, la verdad es que ambas en su vida habían utilizado dicho aparato por lo que Lauren no fue de mucha ayuda por que tampoco tenía idea de cómo se utilizaba.

–No te preocupes no debe ser tan difícil–

Recordó  las palabras de Lauren que treinta minutos después se trago pues seguía sin hacerla funcionar. Pero una hora más tarde lo descubrió y la chica latina recordó como sus empleadas separaban la ropa por tonos así que al menos decidió meter toda la blanca en una carga y la de color en otra lo que ahora agradecía pues no había hecho un desastre.

–Hey, toma asiento.– Le ofreció el plato con macarrones con queso y se le hizo agua la boca a Camila.

–Gracias, aveces no se que habríamos hecho si tú no supieras cocinar, nos habríamos muerto de hambre.– Camila comentó divertida tragando el bocado.

—No lo creo, siempre existen los tutoriales en internet.–Lauren respondió guiñando un ojo y Camila estalló en carcajadas.

Mientras comían juntas Camila pensó que el reír juntas y entablar una conversación sin nerviosismo o incomodidad antes le parecería una locura. Pero ahora al pasar de los días era más que normal y agradecía que al fin se estuvieran acostumbrando a vivir juntas.
Aunque no compartían todo el tiempo juntas claro está, cada una de dedicaba a lo suyo. Lauren se metía a trabajar en la fotografía y Camila trataba de limpiar un poco el lugar y cuando se cansaba a petición de Lauren que alegaba que era por el bien del bebé se sentaba a ver tv quedándose dormida a los pocos minutos, Camila no lo decía pero lo había notado, le daba más sueño del habitual quería dormir al menos 10 horas o más.

Camila se levanto a abrir la nevera y al verla casi vacía tomo una botella de agua para beber sin decir nada. Trato de abrirla pero tal parecía que la había cerrado Sanson.

—Dámela yo la abro.– Lauren se incorporó tomando la botella de las manos de Camila abriéndola sin hacer ningún esfuerzo.

La embarazada la vio sin creérselo y Lauren solo se encogió de hombros regresándole la botella, abrió la nevera para tomar un botellín de agua, su sorpresa fue cuando vio que solo quedaban dos, así que la abrió dándole un sorbo y guardándola en la nevera de nuevo.

–Creo que tenemos que ir al súper.–Comentó Camila.

—Lo se, déjame ver si mañana consigo un poco de dinero e iremos.

—No sabía que faltaba dinero, lo siento. Yo tengo un poco ahorrado lo podemos usar para pagar mañana.–Le ofreció Camila.

–No, eso déjalo para el bebé. Creo que necesito conseguir un empleo.–Lauren dijo rascándose la nuca.– De hecho he estado buscando y mañana iré a ver algunas opciones.

–Lauren, no es necesario, ya has hecho demasiado por nosotros.–Replicó Camila.

–Si es necesario, necesitamos dinero para comer, para pagar las cuentas, para el bebé, para las citas prenatales.–Lauren respondió enumerando con sus dedos.– Y no hay problema, creo que será buena idea para no estar aquí todo el día.–El rostro de Camila decayó al escuchar las palabras de Lauren y bajo la mirada al suelo.–No me mal entiendas Camz, me encanta estar con ustedes pero necesito trabajar para salir adelante.–Lauren le tomo la barbilla con una mano para que la mirara a los ojos de nuevo.—No pasa nada, nadie se muere por trabajar, ¿Ok?

Camila solo asintió sin creerse lo buena persona que era Lauren y pensando que no la merecía. Más sin embargo agradecía que apareciera en sus vidas no sabía lo que habría hecho si aún siguiera sola y aunque no lo admitiera le encantaba tener la compañía de Lauren.

Creo en ti  [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora