Samantha

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Al terminar de desayunar, nos fuimos y nos encontramos con Samantha.

‒Hola, Samantha‒dije mientras me sentaba en una silla.

‒Hola, Jackie‒contesta.

Sydney y Jackson entraron después de mí, y no se veían para nada felices.

‒Buenos días, chicos‒dice Samantha.

‒Buenos días‒dicen ellos en voz baja y se sientan.

–Estamos aquí para consultar sobre qué pasará en la corte con Jackie y ustedes—Samantha luego explica cual será el procedimiento.

Sydney y Jackson tenían unas caras tan amargas... Como si detestaran a muerte a Samantha.

‒Bueno, haré una evaluación con ustedes a solas‒le dijo Samantha a mis padres. ‒Jackie, espera afuera, por favor.

Asentí y salí. Estuve unos quince, casi veinte minutos esperando a que Sydney y Jackson salieran. Escucho que la puerta se abre y Sydney se veía algo molesta, Jackson, por otro lado, se veía bastante calmado, pero no feliz.

‒Jackie‒Samantha me llama y entro a su oficina.

‒¿Sí?‒pregunto.

‒Cierra la puerta, por favor‒me dice y cierro la puerta para después sentarme.

‒¿Qué ocurre?‒pregunto.

‒¿Estás segura de que quieres tomar esta decisión?‒ pregunta Samantha.

‒Sí, ¿por qué?

‒No quiero que cometas un error del cual te vayas a arrepentir‒dijo.

‒Créeme, si es para tener una vida para mí misma, no creo que sea un error. Más, son buenas personas‒dije.

Ella suspiró y asintió.

‒De acuerdo‒dijo. ‒Tenemos una cita el lunes en la mañana con la corte.

Asentí y me paré de mi asiento.

‒Te veré luego, entonces‒dije.

‒No puedes irte. Ellos no están legalmente a cargo tuyo. Te quedarás conmigo hasta entonces, ¿de acuerdo?‒dijo.

‒De acuerdo‒dije, algo desanimada. ‒¿Puedo despedirme de ellos aunque sea?

Ella asintió y salí corriendo por la puerta.

‒Oigan‒digo cuando los veo sentados en la sala de espera.

Ambos levantan la mirada hacia a mí, parándose de sus asientos.

—¿Te hace falta algo? ¿Quieres algo de comer o...?—Sydney pregunta.

Se notaban un poco tristes... Y la verdad es que yo estaba igual.

—No, gracias—dije con una sonrisa. —Pero los veo el lunes a primera hora, ¿cierto?

—Claro que sí, cariño—dijo Jackson, desmenuzando mi pelo.

Me despedí de ellos con un abrazo y me quede ahí hasta que salieron por la puerta. Cuando por fin estaban fuera de mi vista, me adentré a la oficina de Samantha.

Hablemos©Where stories live. Discover now