Luces, Cámara... ¡Acción!

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Hoy era un día importante... Hoy era el día de la evaluación familiar y en toda honestidad, estaba nerviosa.

‒¿Estás lista para irnos, Jackie?‒escucho la voz de Jackson.

Asentí y lo seguí hasta el carro.

‒¿Cómo te fue la escuela hoy?‒me pregunta mientras se abrocha el cinturón.

‒¿Bien? ¿Por qué preguntas?

‒¿Por qué no puedo?

‒Nunca me has preguntado, sólo me da curiosidad...‒digo, sacando mi libreta.

‒¿En serio?‒pregunta haciéndose el tonto. ‒Está bien, fue tu primer día en tu nueva escuela y quería saber cómo te fue‒ admitió.

Reí y cerré la libreta.

‒No me fue tan mal como pensaba. Sydney me dijo que ustedes estudiaron aquí‒dije. ‒¿Los maestros siempre han sido así de amargados?

‒De toda la vida‒dice con una risa.

Seguimos todo el camino a su apartamento hablando sobre la facultad de la escuela y de cómo Jackson era todo un problemático en los salones.

Al llegar, recogimos todo lo que podía estar fuera de sitio y nos sentamos a comer, esperando a que la persona que fuera a inspeccionar llegara.

‒¿Esto es de la tienda, verdad?‒pregunté.

‒Puede ser‒contestó tomando un bocado de su comida.

‒Me lo imaginé. Está demasiado de delicioso para que lo hayas hecho tú.

‒Oye, respétame‒dijo, haciendo un puchero.

Me comencé a reír, por poco ahogándome con mi comida.

Escuchamos unos toques en la puerta y Jackson fue a contestarla mientras yo llevaba los platos al fregadero.

‒Hola, Samantha. Bienvenida‒dijo Jackson.

¡¿Samantha?!

‒Hagamos esto rápido‒dijo Samantha entrando a la casa.

Terminé de lavar los platos y me dirigí hacia ellos.

Samantha comenzó a ir de cuarto en cuarto, inspeccionando cada centímetro de ello.

‒Hasta el momento, no está mal. Ahora Jackson, te haré unas preguntas‒dijo, señalando las sillas para sentarnos.

Jackson asintió y se sentó, yo sentándome a su lado.

Todo iba bien y uniforme hasta ahora, hasta que Samantha preguntó lo siguiente;

‒¿Jackie es parte de algún extracurricular en la escuela?

‒Estaba pensando apuntarme en teatro‒intervengo.

Ambos me miraron; Jackson parecía sorprendido, pero feliz, y Samantha estaba estupefacta.

‒Pero si tú odias el teatro‒dice Samantha, inconsciente de sus palabras.

‒Y ahora quiero intentarlo‒le insistí.

Bufó y escribió en su cuaderno. Quería abrir la boca y decirle algo, pero hice buche. No me iba a bajar a su nivel.

‒Bueno, tengo todo lo que necesito. ¿Te molestaría dirigirme hasta la casa de Sydney? ‒ Samantha pregunta mientras se levanta de su asiento.

Jackson asintió y siguió a Samantha hasta la puerta.

‒Jackson, ¿en serio tengo que ir? ‒ pregunto.

‒Sabes que sí, Jackie. ¿Qué ocurre? ‒me pregunta, preocupado.

‒Temo que Samantha no los aprobará‒dije.

Jackson suspiró y se acercó a mí.

‒Haremos todo lo posible para que lo haga, tranquila‒me aseguró.

Suspiré y asentí. No estaba para nada segura sobre esto.

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Al rato llegamos a la casa de Sydney. Samantha se bajó de su auto y entró a la casa, mientras que Sydney nos dio una mirada sorprendida. Los tres luego entramos a la casa.

‒Sydney, ¿puedes mostrarme tu habitación un momento? ‒Samantha pregunta.

‒Por supuesto...‒Sydney contesta.

Ambas entraron a la habitación y Jackson y yo intercambiamos miradas. Después de unos minutos, salieron del cuarto.

‒Familia, por favor tomemos asiento para la entrevista‒dijo Samantha, dirigiéndose con Jackson a la sala. Iba a seguirlos, pero Sydney me detuvo.

‒¿Qué ocurre?‒le pregunto.

‒Tengo que decirte algo‒comenzó. ‒Prometo explicarte todo luego, pero necesito que me escuches.

‒Okey...

Tomó una bocanada de aire y me miró.

‒Estoy casada‒dijo.

Hablemos©Where stories live. Discover now