CAPÍTULO 9: EL DÍA DE LA SELECCIÓN

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Los días pasaron más rápido de lo que Yuri esperaba. Las clases lo mantenían entretenido y el club continuaba sus actividades como siempre. El calor fue disminuyendo conforme pasaban las semanas, tornándose el aire más frío y las horas de luz más escasas. La gente se resguardaba en el Palacio de Jade o en el Palacio de Topacio, y los más pequeños jugaban cada vez menos en el patio del Palacio Opalino.

Sin embargo, los miembros del Club de Danza Elemental, como siempre, practicaban en el bosque o a orillas del lago Aomizu. Aunque Yuri no se había atrevido a volver al hielo, entrenaba el fuego con Minami; el chico comenzaba a pillarle el tranquillo a eso de controlar las llamas y, aunque todavía no las manejaba con total confianza, era capaz de mantener una llama viva el tiempo suficiente como para dar un par de giros. Phichit perfeccionaba su Terra Incognito y Seung-gil y Guang-Hong practicaban sus respectivos números. Mientras que Seung-gil hacía crecer las plantas a sus pies al compás de música de salsa, Guang-Hong prefería un tema chino que, Yuri creía, era bastante épico para la dulce apariencia del chico que bailaba en el aire. Guang-Hong, al poseer como elemento primario el aire, era capaz de levitar, casi volar, y convocar fuertes huracanes durante su baile. Yuri lo único que podía hacer con ese elemento era crear algunas corrientes, pero ni por asomo llegaba a flotar sobre el suelo.

Las tres chicas, Yuko, Tao-hen y Geena, se ausentaban con frecuencia. Lo de Tao-hen y Geena era normal, pues seguían prefiriendo ligar a bailar, aunque a veces se pasaban por el club para invocar tormentas o danzar sobre el agua, respectivamente. Yuko, aunque era la presidenta del club, se veía obligada a faltar algunos días debido a la cantidad de exámenes y trabajos que los de séptimo acumulaban ya.

La profesora Minako los ayudaba a todos cuando lo requerían y supervisaba el seguro avance de los bailes. En algún momento, le preguntó a Yuri si no prefería volver a su elemento primario, pero él lo rechazaba y seguía practicando el resto de elementos, perfeccionando sus toques, aunque el fuego seguía resistiéndose.

Mientras tanto, en el resto de colegios, la Copa de la Selección siguió realizando su viaje. Tras marcharse de Mahoutokoro, se trasladó a Castelobruxo, donde se destacó la participación de un chico argentino con grandes dotes para los embrujos y dos chicas, una brasileña y otra de una tribu del Amazonas, famosas en su colegio por sus poderes combativos.

-Ahora ya empiezan a fijarse en algunos chicos- se había quejado Takeshi en una ocasión, mientras leían el periódico. –Aquí le prestaron más atención a los cotilleos que a los participantes.

-Bueno, El Quisquilloso nos entrevistó- había respondido Phichit, señalándose a sí mismo y a Yuri. –Aunque no saldremos hasta el próximo número, en octubre.

-Sí, el que saca las noticias todos los días es El Profeta, y pasó un poco de nosotros cuando estuvo aquí la Copa. Como los asiáticos no destacamos tanto...

Sin embargo, en el resto de escuelas, sí que se destacaban a varios alumnos. Tras Castelobruxo llegó Ilvermorny, donde varios nombres ocuparon los titulares de El Profeta: chicos provenientes de familias famosas, reconocidos en sus colegios o famosos por practicar algún deporte. Entre ellos, destacó el canadiense Jean-Jacques Leroy, famoso jugador de quodpot (la versión americana del quidditch) y muy querido por su escuela. En las fotos de los periódicos aparecía haciendo sus iniciales, J.J., con los dedos, y guiñando un ojo con altanarería.

-"JJ Style"- había leído Takeshi la mañana en la que salió el número que hablaba de los participantes de Ilvermorny. –Es como el Nikiforov de América. Es listo, posee una gran fortaleza y poder, y su estilo de juego es inconfundible. Ataca sin piedad a su contrincante, tanto en en quodpot como en un duelo mágico. Es el Rey de Ilvermorny. Se llama a sí mismo "King JJ".

Gran Prix Mágico (Yuri!!! on Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora