Gran Prix Mágico (Yuri!!! on Ice)

CAPÍTULO 46: BAILE DE HALLOWEEN

El Gran Comedor estaba decorado para acoger un gran baile: habían quitado las mesas y el espacio resultante era una inmensa pista de baile. En la planta de arriba había mesas llenas de comida, bebidas y asientos donde los alumnos podrían descansar después de bailar. Al fondo, donde solía estar la mesa de profesores, había un escenario donde tocaría el grupo de música Skelleton's Tremor, muy famoso, sobre todo, en Kenia.

El alto techo estaba decorado con jack-o'-lanterns flotantes, que iluminaban la estancia con un titilar fantasmagórico. Los ventanales estaban abiertos, dejando entrar el aire de la noche africana, y las escaleras que subían al piso de arriba estaban adornadas con guirnaldas de huesos.

En la entrada, Yuri y Sara llegaban agarrados del brazo. No habían esperado a Víktor y a Mila, sino que habían bajado solos. La gente, pasmada, se giraba hacia la pareja: ellos, admirando la belleza de Sara Crispino; ellas, admirando su vestido. Desde luego, no mirarían a Yuri, que aunque se había peinado con gomina para parecer más elegante, seguía con sus gafas de pasta y su sencilla túnica azul oscuro.

Sara, por el contrario, iba con un vestido rojo oscuro, ajustado a la cintura y de vuelo largo, que acentuaba su piel bronceada; su largo pelo castaño estaba recogido en un sencillo moño trenzado, y apenas llevaba maquillaje: era de esas chicas con una belleza natural que sólo necesitaban un poco de brillo de labios.

¿Qué hacía Yuri con una chica como ella? En Mahoutokoro nunca habría tenido la oportunidad de bailar con una chica como Sara, pero ahora que era uno de los Doce, su popularidad había aumentado. Aunque, bueno, Sara también era una Elegida.

-Vaya, cómo cambia la misma sala con una decoración distinta, ¿verdad?- preguntó Sara con una sonrisa, admirando las calabazas que flotaban en el techo.

-Sí, es verdad.

No, Yuri no era precisamente elocuente.

-¿Entramos?- preguntó Sara, mirando a Yuri directamente a los ojos. Vaya, nunca se había fijado en lo bonitos que eran sus ojos... parecían amatistas.

-Claro. Creo que Phichit ya está dentro con Iara...

-Pues vayamos a buscarlos, y así estamos todos juntos.

Yuri la condujo al interior del Gran Comedor, cogidos del brazo y con una sonrisa bobalicona en los labios: probablemente, tuviese de pareja a la chica más guapa que había conocido nunca. Y, encima, era mayor que él.

Encontraron a Phichit e Iara en un rincón, hablando con unos chicos con los que Yuri había compartido clase durante ese mes en Uagadou. Phichit llevaba una túnica de un blanco roto, que oscurecía más su piel, y una pajarita azul pálido. Iara iba con un vestido corto de gasa del mismo color que la pajarita de Phichit, y sus rizos oscuros iban recogidos en un moño lateral.

-Parece que os habéis puesto de acuerdo para el conjunto- rió Yuri, que se sentía mucho más cómodo junto a su mejor amigo.

-En realidad, he cambiado el color de mi pajarita para hacer juego con Adja- admitió Phichit con una sonrisa. Se había también engominado el pelo, dándole un aspecto más adulto. –Sin embargo, ya veo que Sara y tú no habéis acertado.

-Siempre puedo cambiar el color de mi pajarita también- bromeó Yuri.

-No pega con el color de tu túnica.

Sara se puso a hablar con los chicos de la clase 6-E, aunque ellos parecían algo intimidados por estar conversando con una Elegida, siendo además mayor que ellos. Uno le pidió si se podía hacer una foto con ella; la sonrisa de la chica titubeó un poco.