40. Fue por ti

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Félix

Parece que no es mi día de suerte. Primero me peleo con Elías, luego Taty me reprende y ahora una pelirroja quiere matarme. Como si todo estuviera en mi contra, maldita mala suerte.

La llamé yo solito porque hace poco deseé que me matarán.

—Escucha. —Intento calmar a la chica que se ve furiosa—. Fue algo sin sentido, no hace falta que te enojes.

—Tiene razón. —El que juro venganza está de mi lado y quedo sorprendido—. De todos modos, ¿qué haces aquí, Arianna?

—¡Cállate y no me llames por mi nombre completo, esto es entre el rubio y yo! —exclama enfadada volviendo a mirarme—. ¡Te mataré! —Golpea mi mesa y yo me levanto de mi asiento.

—¿Podemos ser más civilizados? —insisto.

Sus dientes se presionan.

—¿Y fuiste civilizado cuando le rompiste la cara?

—Tampoco para tanto. —Vuelve a interceder Elías y ella lo mira de mala manera—. Creo que es mi hora de salir huyendo —expresa sonriente y todos vemos cómo se va corriendo.

Ella se alarma.

—¡Elías, regresa aquí! —Lo sigue, pero antes se detiene y me mira—. ¡Esto no ha terminado! —me avisa y se retira.

Qué mala suerte tengo.

—¡Maldita sea! —se queja Katty cuando al parecer ya puede hacerlo—. Por poco.

—¿Por qué dices eso? —Me le acerco—. ¿Qué plan macabro estás haciendo, Katty?

Mi prima me sonríe.

—No te preocupes, ya lo verás. —Gira su vista a Taty y la mira mal antes de retirarse también del aula.

—Yo ya entendí todo —expresa la morocha molestándose y yo la observo—. ¿Qué?

—¿Sigues enojada conmigo? —exclamo preocupado.

Se levanta de su asiento y camina hasta la puerta.

—Creo que estás algo ciego, ya se te abrirán los ojos. —Sale fuera y la sigo.

Agarro su muñeca en aquel pasillo, donde no hay completamente nadie.

—¿Qué quisiste decir con eso?

—Que hay cosas que no quieres ver. —Mira mi mano—. ¿Me puedes soltar? Debo ir a la clase de arte —aclara.

Frunzo el ceño.

—Tú eres la que no quiere ver.

—Creo que estamos hablando de dos cosas totalmente diferentes.

—Estamos hablando de Elías.

—No, de Katerina.

—¡¿Katty qué tiene que ver?! —Estoy indignado.

—¡Te peleaste con Elías por su culpa! —Se suelta—¡¿O lo olvidas?! —Aumenta la voz.

—¡No fue por eso! —Avanzo y ella retrocede. Su espalda choca contra la pared y yo apoyo mis manos a ambos lados de su cabeza. Sin pensarlo me acerco a su rostro y susurro cerca de su boca—. Fue por ti. No sabes lo que me irrita que todo el tiempo esté cerca de ti. —Veo que sus mejillas se ruborizan y rozo mi frente con la suya, para luego suspirar—. Me descontrola.

Herencia Ricoy (R#10)Where stories live. Discover now