Herencia Ricoy (R#10)

74. El beso de Félix

Tatiana

Félix me besa cuando hablo por teléfono con Papá Nick, reacciono rápido y le correspondo, aunque no me parece muy educado dejar a mi padre hablando solo.

—¿Tierra llamando a Taty? Tengo hambre, dime qué comemos en la noche ¿Hola? —insiste papá—. Damas y caballeros, hemos perdido la comunicación. —Corta la llamada.

Bajo el celular de al lado de mi oreja cuando cuelga y siento como los labios de Félix se apoderan de mi boca aún más. Me abrazo a su cuello y él me atrae hacia su cuerpo. Esto está caliente y me refiero a Félix. No respiro, es como si me fuera a dejar sin aire. Echo un jadeo cuando él se aleja un momento y respira agitado.

—Discutir con mi libido es complicado —expresa sonrojado apoyando su frente sobre la mía mirándome fijo.

—Parece que sufres —opino.

—Es el impulso. —Agarra mi rostro y me besa otra vez. Luego se aleja de nuevo, a pocos centímetros de mi boca—. Me descontrolas. —Acaricia mi labio mientras tiene calor.

Parece que se va a morir.

—Me preocupas.

Me suelta y se va hacia atrás, sonríe ampliamente como siempre, aunque con el rostro todo rojo.

—¡Está todo controlado, no hay de que preocuparse! —luego habla por lo bajo—. O eso creo.

Me río.

—Ese calentón va a matarte.

—¡Para nada! —Mueve las manos—. ¡Estoy perfectamente! —Alza el puño con un gesto de victoria.

—Lo atendería, pero estamos en la escuela. —Me giro y jugueteo con mi cabello—. Además, debo llamar a Papá Nick antes de que se preocupe por dejarlo colgado. —Comienzo a caminar y me sigue.

Se revuelve el pelo.

—¡No me digas eso!

—¿No qué estabas bien? —Revoloteo mis pestañas.

—Eso es jugar sucio. —Se ríe.

—Aprendo rápido, ya sabes, por Katty —bromeo.

—Ya me está dando miedo que se vuelvan amigas entonces. —Finge un escalofrío y vuelvo a reír.

—No exageres. —Hago una carcajada.

—Esto es obra del destino. —Se pone a pensar—. ¿Te has fijado que Crista y Nick son amigos? Y ahora Katty y tú... es como... —Alza las manos jugando—. La historia se repite.

—Me agrada el nuevo novelista de mi historia —bromeo.

—Sí, es que voy a escribir un best seller.

Seguimos el juego y nos vamos sonrientes agarrados de la mano.