Herencia Ricoy (R#10)

81. Miradas que matan

Félix

Despierto y veo como Taty, que se ha puesto un camisón, vigila por la puerta en silencio. Entrecierro los ojos, intentando entender y luego me agarra un escalofrío cuando me percato.

¡Nick va a matarme!

Los oídos de mi novia están concentrados en lo que oyen.

—El juzgado... ¿de menores? —susurra para sí misma, se encuentra muy pensativa.

—¿Taty? —la llamo y se sobresalta.

—Félix. —Se gira haciéndome un gesto de silencio—. Oigo lo que dice Papá Nick al teléfono —me aclara.

Me levanto despacio y me comienzo a vestir, intentando no hacer mucho ruido. Segundo después me le acerco.

—No quiero distraerte, pero me tengo que ir de alguna manera sin que me asesinen —explico.

—¿Y cómo hacemos eso? —exclama preocupada y gira su vista a observarme.

—No me mires a mí, tú eres la inteligente, yo solo soy el cómico —Sonrío y ella se ríe.

—Deja los chistes para después, nos va a escuchar.

La puerta se abre y ya es demasiado tarde, voy a morir. Nick sonríe como si nada.

—¿Tú qué haces aquí? —pregunta.

—Papá, te dije que no podías entrar sin antes tocar la puerta —expresa Taty nerviosa.

El morocho se acerca hasta mí y ahora me siento chiquitito, pero él sigue sonriente.

—Será mejor que te vayas a tu casa. —Su sonrisa desaparece rápidamente y me entra un escalofrío—. La puerta está abierta —agrega.

—Sí, eso... estaba haciendo. —Agarro mi mochila y salgo rápido, mientras me sigue con la vista.

Creo que me asesina con la mirada.

—Hay que hablar —dice Nick y es lo último que oigo al salir a la calle.