Capítulo 9

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Giraba de un lado a otro tratando dormir pero no lo conseguía, las voces dentro de mi cabeza resonaban con fuerza gritándome.

¡Estúpida!

¡No sabes hacer nada!

¡Lo arruinaste todo!

Cada vez se volvían mas fuertes, mi cabeza iba a explotar. Me levante de la cama y observe a Madi durmiendo cómodamente en el sofá blanco de mi habitación, se le veía tan calmada que tenia celos ¿por qué no puedo dormir así de bien?. Entré al baño y cerré la puerta detrás mio, me mire al espejo apoyando mis manos en el lavamanos, estaba horrible, mi cabello era un desastre y tenia grandes ojeras. Era una estúpida, tantos años haciéndolo a la perfección y un solo error llevo todo a la mierda, esto me costará muy caro, ya no podre asesinar por un buen tiempo para no dar mas pistas de quien soy y esto me molestaba mucho, me odio.

Apreté con rabia el lavamanos con mis manos y de un solo movimiento golpee el espejo provocando que este se partiera un poco y formara varias grietas, mis nudillos ardían y gotas de sangre brotaban de estos, me lave la mano con cuidado pero este ardía como el infierno, pase mi mano mojada por mi cabello y mi cara, me tranquilice un poco y salí del baño, revise la hora en mi celular y eran las 4:28am.

Baje a la cocina y me serví un vaso de agua fría, me senté en el sofá de la sala y me quede observando el televisor apagado tratando de organizar el desastre que había en mi cabeza. 

—¿Qué haces aquí? —escuche a Madi a unos metros de mi, salí de mi trance y la observe, tenia el cabello alborotado y estaba bostezando.

—¿Qué hora es? —Levante una ceja.

—Como las seis, ¿por qué? —mis ojos se abrieron, había estado dos horas sentada mirando a la nada y ni cuenta me había dado.

—No, por nada —parpadee varias veces.

—¿Estas bien?, te ves mal —se acerco y se sentó a lado mio, yo me aparte un poco. 

—No dormí en toda la noche —suspire mientras veía el suelo.

—Se nota, ¿es por la asesina? —la mire a los ojos y levante en los hombros. 

—Yo también tengo miedo, estoy muy preocupada de lo que pueda pasar.

—Y yo.

Me levante y me dirigí a mi habitación a darme una ducha, salí y Madi entró al baño para hacer el mismo proceso, mientras me vestí y baje de nuevo a la cocina, abrí la nevera y tome el cartón de leche y la deje en la mesa, tome un tazón y los cereales, me serví los cereales en el tazón y luego vertí la leche encima. Comí con calma y después de unos minutos Madi llegó y también se sirvió, comimos en silencio.

—¿Dónde esta tu mamá? —preguntó Madi metiendo una cucharada sopera de cereal a la boca.

—No lo se, tal ves en un motel —dije indiferente viéndola, ella se quedo callada y siguió comiendo pero después de unos segundos nos vimos interrumpidas por el timbre de la casa.

—Yo voy

Me levante de la mesa y con el hombro me limpie la boca, camine hasta la entrada y abrí la puerta, enseguida mi sangre se heló y mi cuerpo se tensó.

—Buenos días, somos la policía y necesitamos hacerle unas cuantas preguntas —mis ojos se abrieron y mi garganta se seco, ya valí madres. 

—¿Quién es...? —Madi se calló al ver a los policías en la puerta.

—¿Podemos pasar? —uno de los policías se dirigio a mi, tenia unos ojos verdes intensos y la piel morena.

—Si —les dí paso y ellos entraron dirigiéndose a la sala, cerré la puerta y le dedique una mirada de preocupación a Madi, ella me miró igual.

Los dos policías se sentaron en el sofá y nosotras hicimos lo mismo, ellos miraron su alrededor y se susurraron algo que no pude escuchar.

—Muy bien, se preguntarán que hacemos aquí... — comenzó uno de lo policías, el mismo de los ojos verdes—Pues ustedes asistieron ayer a una fiesta la cual no termino muy bien, al parecer unos de los invitados asesinó a un chico, Logan Blake para ser más específico —tenía una mirada intimidante—¿Alguna de las dos lo conocía?

—No —Madi negó con la cabeza, ella estaba jugaba con sus dedos. El policía escribió algo en una libreta.

—¿Y usteded señorita...?¡Anderson! ¿cierto? —Se dirigió a mi.

—Si —Sonreí de lado—Y no, no lo conocía —trague con fuerza.

—Entonces... ¿En donde estaban a la hora de suceso? —levanto una ceja.

—Yo estaba en el baño —dije con tono firme.

—¿Segura?

—Si, estoy en mis días y tenia que revisar que todo estuviera bien ahí abajo — dije inventando una buena excusa aunque lo de estar en mis días era cierto. 

—Okey, no era necesario que dijera muchos detalles —Se le notó incómodo—¿y usted señorita? —le pregunto a Madi.

—Yo estaba hablando con unos chicos en la cocina —tenia una pequeña sonrisa.

— Esta bien —entre cerró los ojos —¿Alguna de las dos conoce a alguien que pudo hacerlo?.

—No señor —diji Madi, yo solo me limite a negar con la cabeza, el siguió escribiendo en su libreta.

—Bueno, esto es todo —se levantó junto con su compañero el cual no hablo en toda la interrogación—Gracias por responder a nuestras preguntas, cualquier cosa que nos pueda ayudar en la investigación por favor díganoslo —ambas asentimos y nos dirigimos a la salida.

Les abrí la puerta y luego cerré, me recosté en esta y bote un largo suspiro, mire a Madi la cual estaba mordiéndose las uñas mirando a la nada.

—¿Crees que sospechen de nosotras? —Se le veía la preocupación en los ojos. No quiero pensar en eso, no quiero pensar en que ellos pueden sospechar de nosotras.

—Espero que no —me dirigí a la cocina, coloque los platos en donde habíamos desayunado en el fregadero y los lavé. 

Estaba preocupada ¿cómo no estarlo?, están buscando a la asesina de la ciudad y harán todo lo posible para saber quien fue, estoy en aprietos. Definitivamente tendré que controlarme y no asesinar a nadie hasta que todo se calme o tal vez nunca vuelva a asesinar, me lleve la mano a la frente. Esto debe de ser una pesadilla, no puedo vivir sin asesinar, sin sentir la sangre en mis manos... sin tener yo el control. 

Mente RetorcidaWhere stories live. Discover now