Capítulo 24

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Abrí los ojos lentamente pero un dolor punzante en mi cabeza hizo que los cerrara de nuevo con fuerza. Cuando al fin los abrí no pude ver nada, todo estaba negro. Trate de recordar lo que había pasado y las imágenes llegaron a mi mente, Jade mataba a alguien, luego me había perseguido hasta que me golpeo y quedé inconsciente.

Sentí una gran decepción y a la vez odio al recordar que todo este tiempo Jade era la asesina ¿cómo nunca me di cuenta?

Trate de moverme, pero no podía, estaba sentado en una silla y tenía las manos y los pies atados. Mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y voltee a ver lo que tenía a mi alrededor, había como una mesa a unos metros y un armario a su lado, voltee a ver en frente mío y mi corazón se detuvo por unos segundos al ver la sombra de una persona. Enseguida supe que era ella.

—Déjame ir —dije moviéndome bruscamente con esperanza de que se desataran mis manos.

Escuche una risa, y no una cualquiera, una que me hizo estremecer. Su risa daba miedo.

De un segundo a otro un bombillo encima mío se prendió y cerré los ojos por lo potente que era. Los abrí con cuidado y ahí estaba ella, con los brazos cruzados y una sonrisa macabra que hizo que mi piel se erizara.

—Al fin despertaste —dijo divertida. La mire con enfado.

—¿Qué quieres de mí? —estaba muy enfadado ¿cómo no estarlo?, tenía en frente mío a la persona que ha asesinado a mi hermana junto con muchas personas más.

Ella se voltio dándome la espalda y camino hacia delante lentamente. Se volteo de nuevo y camino deprisa hacia mi hasta que nuestros rostros quedaron a centímetros de distancia.

—Quiero arrancarte extremidad por extremidad y que tengas una muerte lenta y dolorosa —una gran sonrisa se formó en su rostro. Mi respiración se cortó y mis manos empezaron a sudar, quería mantenerme firme y mostrarle que no le tengo miedo pero era imposible.

—No te saldrás con la tuya, te van a descubrir algún día —dije entre dientes. Se alejo de mi.

—Y mientras llegue ese día, si es que llega, seguiré matando a miles de personas más y así saciare mi sed de sangre —ladeó su cabeza con una sonrisa.

—Púdrete —dije con rabia.

—No no, tienes que cuidar tu vocabulario conmigo si es que no quieres morir en este instante —colocó sus manos en su cintura. Rodé los ojos de mala gana.

—¿Dónde estamos? —pregunte confuso viendo a mi alrededor, sabiendo que ella es la asesina es capaz que estemos fuera de la ciudad.

—En la iglesia de la ciudad —sonrió—aquí no habrá nadie hasta el domingo y tu estarás muerto para ese día, así que ve rezando para que tu muerte no sea muy dolorosa —estalló en risa y yo solo la miraba con desprecio.

¿Qué clase de persona es capaz de hacer tales atrocidades? simple, un psicópata.

—Eres una psicópata —dije en voz alta.

—Lo se cariño —pasó su mano por mi mejilla, pero yo aparte mi cabeza de inmediato. Sonrió de lado—No todos los psicópatas son asesinos, pero si todos los asesinos son psicópatas —dijo con una gran sonrisa en sus labios.

—Y pensar que estaba enamorado de ti —dije en voz baja, pero al parecer ella lo escucho ya que empezó a reír alto.

—Tu lo dijiste —siguió riendo mientras se alejaba y se acercaba hasta la puerta—que tengas buenas noches —apagó la luz y salió por la puerta dejándome solo en la oscuridad absoluta.

El dolor en mi cabeza era cada vez más fuerte cada vez que pasaban los minutos. El golpe que me dio debió abrirme un poco la piel.

¿Cómo pude terminar aquí? todo paso tan rápido, no debí acercarme a ese callejón. ¿Qué deben estar pensando mis padres? ¿se estarán preocupando por mí?

Mi vida se ha arruinado en tan poco tiempo y todo empezó cuando murió Sarah. Desde ahí no me siento como el mismo y mi mundo se había derrumbado, y ahora estoy encerrado dentro de cuatro paredes esperando mi muerte. Si tan solo ella estuviera viva todo esto no estuviera pasando.

Baje el cabeza rendido, el sueño se estaba apoderando de mi pero no podía dormir, tenía que salir de aquí de alguna manera. Me moví tratando de desatar mis manos y pies, pero era imposible, el nudo era muy fuerte y la cuerda que ella usó era gruesa.

No tenía escapatoria, era mi fin.

Si iba a morir, solo espero poder reunirme de nuevo con Sarah.


***

¡hola! regresé ajaj. Aquí está otro capitulo aunque es un poco corto, lo se.

Solo quería decirles que faltan dos capítulos para el final, se que es inesperado y rápido pero así es la vida xd.

¡Adiós!

A.C

Mente RetorcidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora