Segunda parte de Invisible
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Después de ser mordida por Derek Hale, la vida de Lia da un giro imposible. Su cuerpo ha rechazado la mordedura, pero sólo para que sus verdaderos poderes salgan a la luz en el momento más oportuno, cuando Beacon Hills...
God knows I live God knows I died God knows I begged Begged, borrowed and cried
god knows i tried, por lana del rey
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Lia apenas regresaba de la casa de Scott. Ya era bastante tarde y lo único que alumbraba las solitarias calles eran los faros esparcidos a un par de cuadras. Una ráfaga de viento pasó a su lado, y más por inercia que por sentir frío realmente, Lia se abrazó a sí misma. Aunque sabía que el cielo estaba despejado, alzó la vista a él. Ya casi sería luna llena.
No había ningún ruido a su alrededor, ningún coche pasando ni alguna persona descuidada como ella dirigiéndose de nuevo a su hogar. Justo a una cuadra de llegar a su casa, se encontró con que Isaac en la banqueta opuesta también iba en su misma dirección.
—¡Ey, Isaac! —exclamó Lia. Isaac volteó de reojo y casi gimió de frustración al darse cuenta de que tenía compañía. Sin ser capaz de notar que no era muy bienvenida, Lia se atravesó la acera para caminar al lado de Isaac dando saltitos—. ¡Hola! ¿Cómo estás?
—Bien —respondió Isaac, secamente, metiendo sus manos en los bolsillos de su sudadera.
Lia, acostumbrada al silencio de Isaac, lo siguió sin hablar una palabra de más hasta que se dio cuenta de que había algo raro en él.
—Oye, ¿estás bien? —musitó quedamente, con un rastro de inseguridad en su voz. Con voz temblorosa, añadió—: Sabes que si las cosas se ponen muy feas en tu casa te puedo escabullir en mi cuarto. No. Diantres, eso sonó mal. No lo dije como escabullir escabullir de que quiero que vayas a mi habitación. Solo digo que si lo necesitas... Dormiríamos separados, por ejemplo. Me gusta dormir en el piso. Amo dormir en el piso.
Isaac rió a entre dientes, y por primera vez se atrevió a darle una sonrisa tímida que Lia rápidamente se atrevió a responder. Isaac se quedó un rato en silencio, hasta que por fin habló.
—Tal vez acepte —murmuró Isaac, mirando abajo—. Lo que dijiste sobre tu casa. Tal vez...
—¿Las cosas van mal? —preguntó Lia, mordiéndose el labio mirando a Isaac preocupada. Isaac se quedó quieto, lo cual fue suficiente respuesta para Lia.
—No me ha ido tan bien en la escuela.
—Puedo ayudarte. En serio, si necesitas algún lugar para quedarte, ayuda en la escuela o...
—Está bien, Lia. Gracias —Isaac se quedó parado frente a su casa cuando llegaron, incómodo al ver que Lia solo lo miraba fijamente. Sin esperarlo, la pequeña rubia se alzó en puntillas y lo abrazó, pasando sus brazos por su cuerpo apretándolo con más fuerza de lo que parecería poseía alguien de su tamaño. Los brazos de Isaac se quedaron quietos a sus costados, sin responder al instinto de abrazarla de vuelta.
