Impossible /Teen Wolf

quince.

  Sweet creature, sweet creature
Wherever I go, you bring me home
Sweet creature, sweet creature
When I run out of rope, you bring me home  

canción: sweet creature por harry styles

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—Creo que tendré que comprar un letrero de 'cerrado' que se vea mejor —dijo Deaton irónicamente, dándole la espalda a los cazadores mientras inspeccionaba el cuerpo.

Kharón, Gerard y Chris entraron silenciosamente a la veterinaria, ninguno luciendo demasiado intrigado por las palabras del veterinario.

—Hola, Alan —saludó Gerard—. Cuánto tiempo. Tenía entendido que te habías retirado.

—Y yo tenía entendido que respetabas los códigos de conducta.

—Este cuerpo es de uno de nosotros —aclaró Chris.

—No hablaba solo sobre el cuerpo, aunque éste tiene rastros de pólvora en sus dedos. Hablaba de él —dijo Deaton, señalando a Kharón—. ¿Sabe Hades que se robaron a uno de los suyos?

—No es robar si le robas a un ladrón —respondió Gerard, ignorando la mueca en el rostro de Kharón. Chris miró a su padre confundido, sin saber a qué se refería Deaton.

—No crean que me dejaré llevar por su filosofía aunque responda algunas preguntas —replicó el veterinario evasivamente.

—El chico, el cazador —insistió Chris, desviando la atención de nuevo al cuerpo—. Tenía tan solo veinticuatro años.

—Hay asesinos de todas las edades —dijo Deaton sombríamente.

—De todas las edades, formas y tamaños —contestó Gerard—. Lo que nos importa es lo último.

—¿Por qué no nos dices qué descubriste? —habló Kharón por primera vez, su voz sonando extraña e impersonal pero era fácil notar que algo en su conversación le había afectado.

Lia y Scott estaban escondidos, escuchando toda su conversación. Y aunque no podían ver sus rostros, Lia dedujo que había sido la mención de "Hades". 

—¿Ven este tajo? —Dijo Deaton—. Es preciso. Casi quirúrgico. Pero no es la herida que causó la muerte. El objetivo de esta herida es más interesante.

—¿Tiene que ver con la columna? —adivinó Kharón.

—Exacto. El corte se realizó con algo que contenía toxinas paralizantes de potencia suficiente como para anular las funciones motrices —hizo una pausa—. Éstas provocaron la muerte. ¿Ven las marcas de cada lado?

—Cinco, una por cada dedo.

—Una por garra —corrigió Gerard a Kharón.

—Como verán, luego de clavarse se deslizaron hacia arriba, eviscerando los pulmones y cortando fácilmente las costillas —continuó Deaton.

—¿Habías visto una cosa así? —preguntó Chris.

—No.

—¿Se te ocurre qué lo pudo haber matado?

—No. Pero puedo afirmar que es veloz, fuerte, y que tiene la capacidad de inmovilizar a sus víctimas en segundos.

—Si insinúas que debemos de tener cuidado, ya lo entendimos —siseó Kharón.

—Insinúo que deben de tener miedo. Mucho miedo. Porque en el mundo natural, los predadores con toxinas paralizantes las usan para cazar y comer a sus presas. Pero a esta presa no la comieron. Lo que quiere decir que solo querían matarla. De hecho, matarla probablemente haya sido su único objetivo.