[CAPÍTULO 4 - NARANJA]

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Durante la siguiente sesión del grupo de apoyo las cosas fueron un poco mejores. Lauren los había invitado a su casa, la cual era espaciosa y silenciosa incluso teniendo a su pequeño perro, Leo, rondando por allí. Camila se sentía en un paraíso, pues su departamento era pequeño.

En un lugar como aquel podría haber hecho muchas cosas felices.

—¿Quieren escuchar algo de música antes de irse? —Preguntó la chica triste al terminar la sesión.

No habían surgido temas interesantes ni discusiones. Todos se negaban a hablar, a expresarse, pero Ally manejaba la situación con calma.

Sabía que pronto cederían.

—Solo si escuchamos a X —Respondió Camila. Se habían hecho un poco más cercanas luego de aquella charla en el parque, cosa que los asombraba a todos. Era maravilloso ver como dos personas tan diferentes podían llevarse tan bien—. Dudo que no sepas quien es.

—Claro que sé quién es —Contestó Lauren mientras rodaba los ojos—. Todos en el mundo saben quién es.

Axel, quien hasta ese momento solo se había dedicado a mirar a Camila cariñosamente con sus ojos color café, elevó la mano para interrumpir.

—Yo no sé quién es.

—Yo tampoco —Confesó Normani.

—Yo menos —Esa fue Dinah.

—Soy parte del grupo ignorante —Se incluyó la pequeña Ally.

Lauren gruñó ante sus palabras. Camila, por otra parte, rio al ver sus expresiones confusas.

—¿Realmente no conocen a X? —La chica feliz aun no podía creerlo— ¿En qué clase de mundo viven?

Pero nadie respondió.

—X es el mejor cantante de nuestra generación —Informó Lauren, quien creía fervientemente en sus palabras.

—La mejor. X es mujer.

—¿Mujer? ¡Claramente es un hombre, Camila!

—¿Acaso no la has escuchado?

—¡Vete a la mierda, Camila!

La chica feliz le dedicó una sonrisa antes de hablar nuevamente.

—Iría hasta allí con gusto si tú me acompañaras.

El ambiente se mantuvo silencioso después de esta escena. La tensión era palpable, tan palpable que incluso Leo, tanto el niño como el perro, se mantuvieron a la espera de que alguien decidiera ponerle fin a la misma.

—¡Consigan una habitación! —Exclamó Dinah repentinamente. Era buena en la tarea de hacer desaparecer los momentos incomodos.

—¿Fue eso lo que escuchaste antes de concebir a Leo? —Contraatacó la chica de ojos verdes mientras se refería al pequeño hijo de la chica alta. Odiaba ser objeto de burlas— ¿Cuántos años tienes, Dinah? ¿Sabías siquiera atarte los zapatos cuando decidiste abrir las piernas?

La chica alta se molestó ante su comentario.

—Lauren, ya basta... —Murmuró Ally, quien quería evitar una pelea.

—¡Deja de meterte en mi vida! —Enfureció la chica más alta—... Y tengo veinte.

—Una niña jugando a las muñecas.

Y, con cada palabra, el rostro de Dinah se deformaba aún más. También el de las personas que estaban a su alrededor.

—¿Puedes dejar de juzgar la vida de los demás? —La enfrentó Normani.

||Antes del Arcoíris - CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora