[CAPÍTULO 11 - VERDE]

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Axel comía con rapidez, algo que Camila agradecía. Ella hacía lo mismo. Estaban en una cita, o eso creía la chica feliz, pues cuando le peguntó al chico si le gustaría salir a cenar él no se negó.

¿Por qué lo hizo?

La respuesta es un tanto ilógica, pero así podía llegar a ser Camila de vez en cuando. Ella sólo quería demostrarse a sí misma que una chica triste no iba a arruinar su felicidad, y mucho menos su vida amorosa. Si había sido capaz de enamorarse de Lauren Jauregui entonces también podría hacerlo de Axel, un chico menos problemático, terco y con un cierto grado más elevado de valentía.

No estaban comiendo algo especialmente caro. Si bien podía permitírselo, Camila Cabello había preferido un par de hamburguesas. Axel le agradeció esto. Al parecer tenía un pequeño problema con los restaurantes de lujo, pero no especificó nada.

—¿Y no sabes nada de él desde esa noche?

Camila negó al instante. Luego de hablar sobre la hermana de Axel y lo mucho que la quería durante bastante tiempo, la charla había dado un enorme giro y los había llevado a conversar sobre el padre de la chica.

—Me envía cartas, ya te lo dije.

—¿Solo cartas? ¿Nada más? ¿Ni una foto de vez en cuando?

—Tampoco es muy importante. Lo de las fotos, ya sabes... Yo sólo quiero saber que me recuerda, que aún me ama, que algún día lo volveré a ver.

—¿Y no te sientes ni un poco triste por eso, por no poder verlo, por no saber cómo luce luego de tanto tiempo?

—Si me sintiera triste no podría ser feliz —Explicó al rubio, quien la miraba con fascinación. Estaba escuchando cada una de sus palabras y valoraba cada sonido que salía de sus labios—. Y tengo que ser feliz porque se lo prometí.

—¿De eso trata todo? ¿Tu felicidad es parte de una promesa?

Camila no respondió. Su mente no quería hablar más sobre ese tema.

—¿Podemos dejarlo pasar? —Si bien Axel parecía querer escuchar más, conocerla un poco mejor, el chico entendía que ella prefería no tocar más ese punto. Tal vez le dolía, y tal vez no quería recordarlo— ¿Y qué tal tus padres?

Axel suspiró al pensar en ellos.

—Son unos idiotas enamorados —Respondió con una sincera sonrisa—... A veces me da asco estar cerca de ellos. Parecen adolescentes enamorados —Pero tras sus ojos se escondía una gran admiración hacia ese tipo de amor.

Camila esperaba encontrar algo así algún día.

Tal vez Axel era el indicado, pensó, pero la idea sonaba realmente mal en su cabeza. No podía entenderlo, sin embargo, pues Axel no era un mal chico. La hacía reír, la entendía, compartían gustos y no se comportaba como un idiota la mayoría del tiempo.

Pero allí estaba el problema: Ella realmente estaba enamorándose de una idiota.

—¿Por qué tengo que ser así? —Murmulló para sí misma, pero su cita la escuchó.

—¿De qué hablas?

Camila pensó una rápida forma para salir de aquel problema.

—Así. Ya sabes, perfecta.

Axel se rio de ella y creyó su miserable mentira.

—Me encanta tu ego.

La chica feliz suspiró mientras observaba fijamente sus ojos color café y rio débilmente. El chico sí que estaba enamorado.

||Antes del Arcoíris - CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora