[CAPÍTULO 7 - NARANJA]

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Camila le observaba llorar sin decir nada. Ally la consolaba cariñosamente, limpiando aquellas húmedas mejillas con sus pequeñas manos, y la chica feliz solo se deleitaba ante la pureza del momento.

Le gustaba apreciar cada pequeño detalle de la vida. Allí encontraba los más hermosos recuerdos.

­—¿Quieres decirme que sucede ahora, Lauren? —Preguntó con cautela la más bajita.

—Decirnos —Corrigió Camila inmediatamente—... También puedes confiar en mí.

Quería que confiara.

Ella suspiró y no limitó su tristeza. Vivía cada lágrima con pasión, entregándose así a la sensación de estar completamente destrozada.

—Es mi trabajo —Simplificó.

—¿Algo va mal? —Quiso saber Ally.

—No. Todo va de maravilla.

Camila aplaudió repetidas veces al escucharla y se acercó para abrazarla, pero Lauren la alejó con brusquedad.

Aun así, un contacto tan corto fue capaz de alegrarle el corazón

—¡Felicidades! —Exclamó-

Ally dejó escapar un suspiro. Amaba a esa idiota feliz, pero llegaba a frustrarle.

—¿Por qué lloras, Lauren? —Prosiguió la más pequeña, quien solo quería distraer a la chica de ojos verdes. Sabía que la presencia de su mejor amiga no le agradaba mucho— El que tu trabajo sea un éxito significa que...

—¿No lo entiendes, Ally? —Preguntó entre lágrimas. Necesitaba que alguien la entendiera— Muchas personas lo hacen.

—¿Hacer qué? —Camila no comprendía ni un poco de qué iba todo aquello, pero la conversación no llegaba a aburrirla por esta razón. El querer saber la animaba a escuchar.

—Entenderme, Camila. Entenderme.

—¿Entenderte?

—Tal vez solo les gusta tu trabajo, Lauren. Tal vez solo...

—¿Tal vez qué, Ally? ¿Es que acaso no lo notas? —Sollozó— Mi éxito es sinónimo de que muchas personas sufren ahora mismo.

—Pero sigue siendo un éxito, Lauren —Intentó animarla la chica feliz. No era buena en eso de dar consuelo, pero en esos momentos quería verla sonreír. Amaría haberla visto sonreír—. Deberías sentirte orgullosa de ello.

—¿Orgullosa? ¿Qué tipo de enferma eres si te sientes feliz frente a la tristeza de los demás?

—No es sentirte feliz ante sus sufrimientos, Lauren. Es sentirte feliz ante tus victorias —Explicó—... Tienes que aprender a celebrarte a ti misma.

—Eso es basura, Camila. Una completa basura.

Ally intentó interceder, pero ellas no iban a parar.

—¿Y por qué crees que es basura?

—Porque puedo creerlo.

Era un argumento sólido.

—¿Qué hizo a tu vida tan miserable, Lauren? —Quiso saber— ¿Quién te hizo tan triste? ¿Fueron acaso los libros de Mr. Sad los que te lavaron el cerebro?

Fue como avivar una llama que se había encendido en el primero momento en el que sus miradas se cruzaron.

—No tienes ni idea, Camila. Cierra la boca.

—¿Por qué? Vivimos en un mundo libre.

—Entonces tengo la libertad de mandarte a la mierda.

Comenzaba a ser atacada por su propia filosofía, y eso le encantaba. Lauren le encantaba.

Tal vez la razón ante tal fascinación se debía a que, a pesar de que la chica era la persona más triste que había conocido en toda su vida, también era una de las personas que más feliz le hacía sentir.

—Mr. Sad impulsó tus tristezas, ¿cierto?... Te gustaron tanto sus historias que te convertiste en una de ellas.

—Cierra la boca, Camila.

—Varios de sus lectores dicen lo mismo, Lauren. Él los atrapa en su mundo de tristeza y los convierte en uno más de sus personajes —Quería hacerla despertar. Quería que reaccionara, que se diera cuenta de que ser feliz podía llegar a sentirse mucho mejor que cualquier espectro de la tristeza—... Todo el que lee sus libros acaba deprimiéndose.

—¡Ya basta! —Exclamó. Ahora sus lágrimas no estaban llenas de melancolía, sino de un profundo enojo en contra de esa imborrable sonrisa— ¿Crees acaso que Madame H es mejor que Mr. Sad, Camila?

—Su percepción de la realidad es un poco más positiva, así que puedo decir que la considero una mejor escritora.

—Ella atrapa a sus lectores en un mundo falso, Camila. Los aleja de la realidad, del entorno, los aísla. Les hace creer que la vida es color rosa... Y cuando llega lo negativo no saben cómo reaccionar, porque ella les arruinó la vida cuando quería repararla. En ese momento conocen a Mr. Sad.

Esas palabras, duras como una roca, golpearon su felicidad con bastante potencia. Un cristal grueso comenzaba a resquebrajarse.

—Chicas, deberían parar. Por favor. Por el bien de ambas —Intentó tranquilizarlas la pequeña Ally, quien estaba temblando. No le temía a Camila, pues sabía que la pobre no podría herir ni a una simple hormiga, pero Lauren se mostraba realmente a la defensiva.

No quería golpes dentro de su casa.

—No te preocupes, Ally. Ya he llorado lo suficiente. Me voy de aquí...

Lauren se dio media vuelta. No limpió sus lágrimas ni reacomodó su postura. Amaba su tristeza.

—¿Irás a leer a Mr. Sad? ¿Permitirás que siga llenando tu cabeza de pensamientos negativos? ¿Leerás todas sus bazofias?

La chica triste, ahora a tan solo unos pasos de la puerta, giró con violencia para mirarla directamente a los ojos.

El verde odiaba el café. El café, sin embargo, solo quería detallar al verde que se escondía tras una nube de lágrimas.

—No son bazofias, Camila —Su voz era suave, quebrada, pero claramente creía en sus propias palabras.

—Mira cómo te tienen. Claramente lo son.

—¡Mr. Sad no es la razón de mi tristeza!

Camila se cruzó de brazos y elevó una ceja. Sabía que aún quedaban cosas por decir.

—Camila, yo soy Mr. Sad.

La sorpresa la invadió por unos momentos, pero en un parpadeo una risa histérica comenzó. Se acercó a ella mientras se carcajeaba incontrolablemente, y cualquiera habría pensado que la chica feliz no creía en aquella confesión.

—¿Sucede algo?

Camila negó, y un segundo después ella sujetó la mano de Lauren para estrecharla.

—Es un placer conocerte, Mr. Sad... Mi nombre es Madame H.


Créanme, existirán cosas aún más sorpresivas.

—Lore—

Nota: Damián descubrió que ama dibujar. Sus trazos aún no tienen forma, pero ya son mejores que los míos. Supongo que es algo más en lo que se parecerá a su padre... Como premio de consolación espero que el primer rostro que dibuje sea el mío.

¿Qué tal ustedes?


Tengan una buena vida.

||Antes del Arcoíris - CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora