[CAPÍTULO 12 - VERDE]

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Las lágrimas desaparecieron en cuanto ella llegó. No supo cómo, pero la presencia de aquella chica deprimida y su adorable perro, Leo, lograron para hacerla sentir mucho mejor.

—No te preocupes por él. Hizo sus cosas mientras caminábamos y lo único que hace, además de eso, es comer y dormir —La tranquilizó Lauren, quién conocía el disgusto que algunos perros pueden causar a ciertas personas. Camila le acarició el brazo de forma inconsciente. A ella no podía importarle menos— ¿Estás bien?

Ella le sonrió con completa sinceridad.

—No lo esperaba, pero sí.

—¿Aun quieres llorar?

—Ni un poco —Aseguró. Era totalmente cierto.

Lauren dejó escapar un suspiro agotado. Ella la miraba como si cada segundo junto a Camila la hiriese, lo cual animaba a la chica feliz.

Eso quería decir que estaba sintiendo algo. No todo estaba perdido.

—¿Entonces puedo irme ya?

Camila se cruzó de brazos. Si bien quería tenerla a su lado toda la noche, pensó que era buen momento para ponerla a prueba.

—Si es lo que quieres no voy a impedírtelo.

La chica triste la miró a los ojos. El verde se debatía entre escuchar a su mente o a su corazón.

—Me iré —Aseguró Mr. Sad, pero sus acciones contradecían sus palabras. En un gesto sorpresivo la chica se sentó en el pequeño sofá raído del salón y palmeó el espacio vacío que estaba a su lado, invitando así a Madame H—, pero primero tendrás que explicarme lo que sucedió. Cuando me llamaste estabas al borde del llanto, Camz, y tú no eres de las que lloran.

—¿Camz?

No fue su extraño comportamiento lo que le llamó la atención, sino aquel apodo casi cariñoso.

—Camz.

Y ya no hablaron más sobre el tema. Ese sería su apodo el resto de los días por venir.

Se sentó a su lado sin decir nada más. Intentó contarle lo sucedido, hablar sobre su cita con Axel, recordar cómo había negado su perfección, pero ningún sonido salió de sus labios.

En ese momento no se sintió feliz, pero tampoco triste. Estaba justo en el medio de ambos sentimientos, en un limbo emocional, y aquello se sentía tan raro para una chica acostumbrada a las sonrisas que su mente no podía entender lo que estaba sucediendo.

—Ha sido el idiota de Axel...

—¿El idiota de Axel? —Cuestionó la chica triste antes de que ella pudiera seguir— Pensé que te caía bien.

—Eso es pasado —Afirmó—. Estábamos en una cita y él decidió decir unas cosas bastante crueles luego de que yo intenté besarlo.

—¿Intentaste besarlo? —Se la escuchaba un tanto molesta, pero intentó disimular.

—Sí —Admitió con facilidad—. Pensé que le gustaba, pero me equivoqué. Dijo que no soy su tipo.

—¿Y por qué lo intentaste? ¿Acaso te gusta ese chico?

Camila se negó con una vaga sonrisa.

—Quería olvidarte.

Lauren la miró por unos segundos con incredulidad plasmada en el rostro. Aquello no podía ser cierto. También se veía dolida, pero no dejó que ese tipo de sentimiento la dominara por completo.

||Antes del Arcoíris - CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora