»Capítulo 8«

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Samantha llega cuando me llevan hacia el quirófano, trastrabillando al verme

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Samantha llega cuando me llevan hacia el quirófano, trastrabillando al verme. Noto el terror en sus ojos al ver la sangre, los golpes y las heridas, así como la manera en la que los paramédicos se mueven y les informan todo a los doctores.

—Tiene una herida muy grave en la cabeza, costillas rotas y....

Samantha se cubre la boca y trata de ir tras de mí, pero los médicos y enfermeras la detienen. Su hermana la abraza por la espalda, mientras ella se desmorona.

— ¿Qué sucedió? ¿Qué...? ¿Está bien? —le pregunta a una de los paramédicos que venía conmigo en la ambulancia.

— ¿Es usted Samantha Grayson? ¿Qué es del paciente? —le pregunta con amabilidad.

—Reeves, Samantha Reeves —corrige y no puedo evitar sonreír—. Soy su esposa, así que dígame ¿cómo está mi marido, por favor?

No necesitaba incentivo para seguir viviendo, pues con su mera presencia en mi vida era suficiente. Sin embargo, haberla escuchado decir aquello fue como una inyección de esperanza directa en mi corazón.

—En estos momentos irá a cirugía. Sufrió contusiones muy fuertes, traumatismo, un par de costillas fracturadas. Se le reanimó una vez en la ambulancia, su estado es muy delicado. Se puede esperar cualquier cosa —responde, mirando a mi prometida con cierto pesar.

— ¿Tan grave quedó...? —la voz de Sam sale en un hilo y sus ojos se cristalizan de nuevo.

―Muy grave, señorita, las siguientes horas son críticas y deben estar preparados para lo peor.

A Samantha le tiemblan las piernas y tambalea, aferrándose con fuerza a su hermana para no caer. Mis padres se acercan, para reconfortarse el uno al otro, mientras yo me quedo observando tal escena, viendo como el mundo de mi mujer se tambalea.

La Parca está detrás de Samantha y me mira con pesar, bajando la mirada al suelo y en este momento lo comprendo todo. Es el final y todos los errores que cometí quedarán como un peso insostenible en mis hombros. No tengo una segunda oportunidad para enmendar mis errores, para hacer a Samantha realmente feliz; para escribir mejores capítulos en nuestra historia de amor.

Me toca aceptar mi destino y esperar que morir me ayude a olvidar todo lo malo y me deje solo las cosas buenas.

Una electricidad me dobla sobre mis rodillas, haciéndome caer al suelo. No, no, no, pienso. Está pasando de nuevo, me están reanimando. Estoy muriendo y no sé qué hacer para evitarlo.

― ¡Ah! ―mascullo entre dientes, al sentir otra descarga―. Vamos, Dyl. Por ella. Tú puedes. ¡Ah, joder!

No me daré por vencido, maldita sea, pienso.

―Él no puede hacerme esto. No ahora ―lloriquea Samantha, abrazando a su hermana—. Si a él le pasa algo... será... es... será mi culpa, Amanda. ¡Mi culpa! —solloza.

Solo pido un día más © SPUDM #1 |EN EDICIÓN|Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang