Una pareja se ve separada por la muerte, pero el amor parece tener ventaja cuando Dylan se estanca en el mundo de los vivos y, con ayuda de Jeremy, buscará la forma de despedirse de Samantha, su prometida. Así, durante esta travesía, tal vez los tre...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
SAMANTHA
2 años después...
La puerta se abre y no necesito asomarme por la barra para saber quiénes son. Termino de servir el almuerzo y salgo hacia la sala para recibir a mi pequeño terremoto.
— ¡Mi amor! —exclamo, acuclillándome y estirando los brazos para recibirlo. Jeremy lo toma de la mano para que camine hacia mí y lo suelta cuando lo abrazo, llenando de besos el rostro de mi pequeño—. Hola, mi vida. Te extrañé mucho, sí, mucho, mucho, mucho.
Mini Dylan se ríe y balbucea algunas sílabas, como respondiendo a lo que le digo y me levanto con él en brazos. Jeremy me acaricia la espalda y besa mi cabeza, sonriendo.
— ¿Cómo le fue en la guardería? ¿Todo bien? —pregunto y alzo el rostro para darle un corto beso en los labios.
—Sí, como siempre, se porta muy bien —responde él y se aleja para servirse agua—. ¿Cómo te sientes?
—Te digo que estoy bien —respondo, rodando los ojos—. Aburrida porque mi jefe no me deja ir a trabajar.
—Primero: no soy tu jefe y lo sabes —habla, acercándose a mí y roza nuestros labios, haciéndome reír— y segundo: sí estás enferma, algo tienes porque no te has sentido bien últimamente.
Dejo a Dylan en el suelo, junto con su peluche de dinosaurio, su favorito, y niego con la cabeza. Me acerco a la barra, donde he dejado un sobre y me planto de nuevo frente a Jeremy.
—Fui al médico y... —él alza las manos, como agradeciendo al suelo y yo me rio sin poderlo evitar—... ¡Ay, escúchame!
—Está bien, te escucho —responde, abrazándome por la cintura.
Rasgo el sobre y se lo muestro, sonriendo.
—No estoy enferma, cariño. Estoy ¡embarazada! —exclamo y él abre la boca, totalmente tomado con la guardia baja.
— ¿Qué? ¿De verdad...? ¡Oh por Dios, es en serio! —exclama, alzándome en brazos para darme una vuelta al aire y hacerme reír—. No lo puedo creer. Voy a ser papá. ¡Voy a ser papá!
—Pa...pá.
Jeremy y yo miramos hacia el suelo, donde está nuestro bebé, y yo cubro mi boca con la mano. Dylan se ríe, mostrando los dientes que le están creciendo y aplaude.
—Sí, mi amor, papá —hablo y lo alzo en brazos de nuevo—. Ay, mi niño. Vas a ser hermanito mayor —agrego, estrechándolo en mis brazos y juntando su cabeza con la mía.
—Soy el hombre más afortunado del planeta entero —agrega Jer, abrazándonos—. Gracias, Sam, gracias de verdad, por darme una familia.