Capítulo 6

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Aaron.

Había salido de ese maldito instituto y trataba de calmarme porque tenia ganas de matar a un hijo de puta.
Mi respiración era bastante superficial

«¿Bastante? ¡Ja! era exageradamente superficial»

Mis ojos no se movían del suelo.
Mis puños se apretaban y los mantenía bien firmes a cada lado de mi cuerpo. Supongo que mi mente me estaba protegiendo para no pegarle un puñetazo a lo primero que vea.

Una llamada de mi hermana llorando de nuevo por un imbecil, fue suficiente para que saliera del instituto como si el mismísimo diablo me persiguiera.

Cuando por fin me encuentro en el estacionamiento, el viento parece calmarme, y trato de respirar lo más que puedo.
Ese maldito las va a pagar por la cantidad de veces que hizo llorar a Lizzi, lo prometo.

Logro ver mi moto y salgo disparado hasta ella, pero algo me interrumpe.
Ese algo cae estrepitosamente contra mi y hace que me tambalee haciéndome caer de espaldas.

Cierro los ojos y tomo toda mi fuerza de voluntad para lograr mantener mi temperamento.

«Lo que me faltaba... que otro estupido se me interponga en el camino»

Cuando decido abrir los ojos, una melena castaña cae sobre mi rostro y un delicioso aroma a vainilla llega hasta mis fosas nasales.

Saco su pelo de mi y sonrío por el simple hecho de ver a una pequeña chica, que a decir verdad, era muy linda.

Su cara de «Estoy admirando tu belleza» hace que mi sonrisa se borre y se transforme en una carcajada.

  «Tiene que ser una broma, chiquita»

Saqué mi sonrisa más arrogante cuando la ví fruncir el ceño y levantarse de golpe, haciendo que vuelva a caer encima mío.

Otra carcajada sale de mi boca antes de que pueda detenerla.

—Vaya nena, si tantas ganas tenias de estar encima mío haberlo dicho antes.

Me contengo de reírme de nuevo y cuando veo que se está apunto de levantar, la detengo.
Apoyo mis dos manos en torno a su pequeña y fina cintura y siento como estas se calientan al hacer contacto con su piel, ya que esa remera corta no cubre lo suficiente su plano abdomen.

A pesar de eso, decido hablar como si todo estuviera de lo más normal.

Tranquila muñeca, que no muerdo—
veo que me está apunto de responder algo pero una voz nos interrumpe.

Frunzo el ceño y miro hacia el costado.

    —Deja en paz a Amber y vete a molestar a alguien más.— Auch, eso debería dolerme, pero no lo hace

Me han dicho tantas cosas peores, que las que me pueda decir el tal Leik, Leim o como mierda se llame, me resbala.

      —Oye tranquilo, que me parece que el único que anda molestando eres tu, así que piérdete nerd—suelto burlándome de él.

La pequeña morocha se aferra al brazo de aquel chico, levantándose.

«Amber... Amber, ese nombre me suena más de lo que debería»

Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)Where stories live. Discover now