Capítulo 48

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Amber.

Creí que después de lo que Aaron me había dicho, todo quedaría tenso y tendría ganas de salir corriendo.

Pero mi corazón quería quedarse ahí, con el, consolando un poco de su alma rota.

Me había sorprendido a mi misma, cuando unas inmensas ganas de abrazarlo surgieron, y sin pensarlo, me lance a sus brazos, sin permitir mirar como caían lagrimas desoladas por sus mejillas.

Supuse que al igual que a mi, no le gustaba llorar frente a las personas, pero todos tenemos ese punto de quiebre.
Ese en donde decidimos llorar, sacar un poco de angustia y tristeza que algo nos provoca, ya sea un recuerdo, o algo que simplemente te puede pasar en el día.
Por que si, he visto personas sonreír en un momento triste, y otras personas llorar con un comentario, porque no todos estamos expuestos a dolores que marcan el alma, no todos llevamos cicatrices, pero aún así, no juzgo a las personas por las lagrimas que soltaron, prefiero hacerlo, por las sonrisas que las esconden.

El chico de ojos verdes, me acaricia el cabello con suma tranquilidad, aunque se que esta absorto en sus pensamientos.
Su respiración se vuelve mas tranquila mientras pasa el tiempo, el silencio de la noche, ensordece mis oídos.

Apenas se pueden escuchar como las hojas chocan contra el suelo, cayendo desde una altura alta.

—Sabes... nunca pensé en estar así contigo— suelto mientras agarro su mano, quien se pasea ahora por mi cara, apoyada en su regazo.

Veo como una pequeña sonrisa se asomo por sus labios.

—Yo ni siquiera pensé en el que alguna vez me hablarías amablemente— río por su intento de hacerme enojar.

—No soy tan amargada...— hablo mientras miro las estrellas, que se cuelan por detrás de su cabeza, ligeramente inclinada hacia delante.

—Como digas, bonita— sigue acariciando mis cara, sin percatarse de mi leve sonrojo.

—¿Bonita?— una risa nerviosa, sale de mis labios sin siquiera darme cuenta.

—¿Acaso no lo eres?— se une a mi carcajada.

—No...— no me consideraba linda, sinceramente me consideraba "normal".

—Pues... para mi si lo eres, desde que te vi, pude apreciar lo mas lindo en mis cortos diecisiete años— su voz sale dulce, sincera.

—¿Cómo explicas que no te caía bien?— su sonrisa se borra por algunos segundos, y mira hacia el frente suspirando, dejándome afuera de los pensamientos que pasan por su mente.

—Por ahí porque pensaba que eras más de lo que alguna vez podría llegar a tener.

—¿El gran Aaron Wood diciendo que una chica es más de lo que podría tener?— levanto la cabeza de su regazo y me siento.

Lo miro a los ojos, y el observa los míos.
De pronto parece que ya no hay nada mas, solo el y yo.

—¿Cómo llegamos hasta este punto?—habla de repente el, dejándome sin respuesta.—Digo.. para decirnos cosas cursis, apoyarnos el uno al otro, ser novios... por favor, hace algunas semanas ni siquiera te podía llamar amiga ni tu a mi.

Sus palabras logran que un torbellino de pensamientos y preguntas se alojen allí, en mi cerebro.

—¿Destino?—pregunto en un susurro al no tener una respuesta certera.

—Puede ser... no sé, por ahí, si intentamos que esto funcione, algún día podamos respondernos a nosotros mismos.— dice para dejar, un silencio nuevamente, hasta que hace esa pregunta que tanto trate de esquivar.
—¿Te acuerdas que una vez me contaste lo de tu madre?— me tenso pero aun así asiento.

—Si, ¿Qué pasa con ello?— el se rasca la nuca, buscando las palabras indicadas.

—Ella bueno...ya sabes—bufa sin querer decirlo.

<<Se que intenta conocerme mejor>>

—Si, ella me abandono cuando cumplí cuatro— veo interés en sus ojos, cuando decido levantar la mirada. Asi que le cuento — Ella y yo siempre habíamos sido mejores amigas.
Muchos no se acuerdan de los primeros años de niñez, pero todo para mi se encuentra nítido, como si lo habría vivido ayer.— mi voz sale con un ligero temblor, haciendo que Aaron sujete mis manos, y de un apretón —Sinceramente, nunca creí que ella fuera capaz de dejarme, encima nunca se despidió, solo dejo esa nota en mi almohada, y nunca más la volví a ver.— una lagrima traicionera sale de mi ojo y a ella la acompañan otras más .

Bajo mi cabeza, tratando de calmarme.

Aaron no tarda en subir mi rostro y limpiar las lagrimas con dos suaves besos.

—Te lo dije alguna vez, pero te lo repito...— suspira mientras sigue acariciando mis mejillas.—Nadie debería ser el causante de que esa luz en tus ojos se apagase, nadie.

—No te puedes imaginar el dolor que esa vez sentí, sentirme rechazada, odiada, estúpidamente inservible...— balbuceo la ultima palabra, y escondo mi cara en el cuello de el, cuando siento como me abraza.

—No eres nada de lo que dijiste, esa mujer no supo apreciar lo que tenia enfrente, ella es la que tendría que sentir eso, no tú— susurra.

El frío cada vez es mas notorio, pero aun así, este es el único lugar en donde querría estar.
No me imagino en otro lado, que no sea en los brazos de el chico por el cual perdí la total sensatez y por el cual rompí mis propias reglas.

Aaron parecía ser el típico chico sin problemas, con la vida resuelta, con solo un chasquido de dedos, podría tener a una hermosa chica alado de el y muchas cosas más.
Era inteligente, aunque muchas veces, nadie lo creyera.
Era tierno y "rudo" a la vez, pero la faceta linda yo sola, o bueno, muy pocas personas, lo había podido apreciar.
Y es que quedabas alucinando.
Yo, una chica que prometí nunca enamorarme de él, de un chico mujeriego, de un chico arrogante, de un chico básicamente "amado por todas", acá me tenia.
Fuertemente aferrada a sus brazos, encadenada a su vida, y sabría que como nosotros habíamos cambiado nuestros presentes, el seria quien cambiaría el rumbo de mi vida, y solo pido a dios, que sea cual sea el camino en el cual quede lo nuestro, no permita que me haga daño.

Por que me di cuenta de algo esta noche... Lo quiero y más de lo que él piensa.

➿✿➿
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Nos leemos en el próximo.
Los leo siempre :)

Las complicaciones de enamorarte © |Completa| (editando)Where stories live. Discover now