Capitulo 3

5.1K 458 327
                                    

Aang comía tan rápido como su boca le permitía. Luego de una semana de matarse de hambre por lo deprimido que estaba, este desayuno consistente de arroz con verduras, una tarta de pasta de huevo entera y un plato lleno de todo tipo de fruta fresca cortada en pedazos era el paraíso mismo. Hubiera seguido comiendo así, ignorante del mundo si no hubiera visto la expresión en el rostro de Zuko. El ex príncipe parecía completamente sorprendido y solo un poquito asqueado de ver como una persona como el Avatar podía meter tanta comida en su delgado cuerpo de golpe. Aang se sonrojo y comenzó a comer más despacio, de todas formas ya estaba llegando a su límite.

El Señor del Fuego por su parte estaba casi agradecido de que el menor se hubiera olvidado del tema que los había traído hasta el comedor. Zuko le dio varias vueltas a su taza de té lentamente, pensando en todo lo que había pasado, sin saber cómo comenzar a decírselo a Aang, todo parecía tan irreal. Pero, con todo, lo que había pasado entre el monje y la Maestra-Agua también lo era. A Zuko le parecía que nunca se separarían después de que la chica acepto a Aang como su novio, pensó que eso nunca se terminaría y se sentía feliz, porque era evidente para el que el Avatar había querido eso desde que la conoció. "Supongo que me equivoque" se dijo el mayor, sintiéndose algo deprimido

-Zuko- el aludido levanto rápidamente la mirada de su te, que no había tocado, para ver directamente a los ojos de Aang –me contaras ahora donde está Mai? Que es lo que paso con ella?

Zuko suspiro, preparándose para lo que viniera.

-una semana antes de que llegaras, Mai se fue de aquí- Aang se medio ahogo con un pedazo de mango, tragando como pudo medio grito

-Que?- todo este tiempo, el mayor no había dicho absolutamente nada! Aang lo habría ayudado o al menos lo habría intentado –pero, no te dijo nada? porque se fue, que?

Zuko negó con la cabeza y, en lugar de responder, le acerco un pequeño pedazo de papel enrollado. Aang lo desenvolvió y lo observo. Los finos trazos, la delicada caligrafía, Aang la había visto antes cuando veía la agenda de Zuko definitivamente era la escritura de Mai. Ahora entendía porque había tenido que contratar a Liang y Xing para asistirlo, ya que Mai era quien se encargaba de eso, eficiente y capaz como ninguna.

"Porque te conozco muy bien. No vengas a buscarme, esto es lo mejor.

Mai"

Aang repaso tantas veces la simple línea que casi la hubiera podido deletrear de memoria, pero aun así no entendía nada. Podía sentir que había algún significado más profundo, algo más oculto entre esas simples palabras, pero el monje no sabía cuál era.

-pero la casa de sus padres está aquí enfrente, no has ido a buscarla?- Zuko se pasó una mano por el cabello y suspiro

-mande un mensajero, con una carta pidiéndole que volviera para que pudiéramos hablar, pero sus padres le pidieron al mensajero que me dijera que Mai estaba en la isla Kyoshi visitando a Ty Lee y que parecía que pasaría una temporada allá- volvió a suspirar y removió el té de nuevo, que a estas alturas ya estaba frio –mande varios halcones con notas para ella, pero siempre regresaban sin una respuesta. Después de los primeros cuatro días, deje de intentar comunicarme y me concentre en el trabajo, luego llegaste tú y pues no he tenido mucho tiempo de pensar en eso

Aang dejo la pequeña nota sobre la mesa, fijándose en los pequeños círculos en el papel que parecían haber sido hechos por lágrimas; aunque, si eran de Zuko o de Mai, eso el Avatar no se atrevía a preguntarlo.

El menor se sentía avergonzado de sí mismo. Zuko había estado pasando por algo igual de terrible que el mismo, pero parecía tomarlo con mucha más filosofía. "No, no es igual. Es mucho peor" pensó el monje. Al menos el sabia cuáles eran las razones de Katara para no quererlo cerca, pero Mai no le había dicho nada a Zuko, solo esa simple línea que podría repasar por el resto de su vida y nunca encontrarle el significado correcto. De nuevo volvió a sentirse deprimido, ahora notaba aún más su actitud infantil de haberle gritado a Zuko y alejarlo cuando el mayor solo pretendía ayudarlo.

Hacer  lo   que sea necesarioWhere stories live. Discover now