Cap. 10 El regreso de Inner Sakura ¡Ino vs. Sakura!

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Todos en el pabellón habían quedado muy quietos en ese momento. Mientras la polvareda se disipaba, la tos de Ino era lo único que rompía el silencio.

El agarre de los encapuchados sobre Kakashi se había intensificado, pero más allá de eso no hubo otros movimientos. El peligris, sin embargo, pudo sentir de inmediato en el aura de sus atacantes la inconfundible huella del miedo y supo que debía ser entonces la orden directa de no soltarlo en ningún momento lo único que les impedían salir corriendo.

Estaba bien, pensó, no era su intención moverse por ahora, mucho menos cuando la situación había tomado un giro tan interesante. Sakura estaba de espaldas a ellos y aún así pudo constatar que había algo diferente con ella, si se quiere, un cambio grave en su campo de energía. Su Sharingan recogía las lecturas de un flujo de chakra agitado, eufórico, muy contrastante con la postura erguida que, aunque altiva, permanecía en completa serenidad.

―"Casi como si fuera otra persona. Aunque..."

La joven rubia cayó de pronto a horcajadas sobre el suelo y siguió temblando hasta toser algo de sangre.

―Levántate ―La voz de Sakura sonaba fría, casi sobrenatural―. No querrás terminar aplastada como un asqueroso gusano, ¿verdad?

Y Kakashi frunció el ceño―"...al mismo tiempo, es como si nunca hubiera sido tan ella." ―se dijo, sin quitarle los ojos de encima.

Ikomato ordenó a Ino usar su conveniente ninjutsu médico en sí misma para frenar los efectos de las heridas internas más graves que podrían ralentizar los movimientos de su cuerpo. Después de todo, no podían permitirse perder a la Yamanaka, ya que sus técnicas mentales eran indispensables para terminar la misión; además, si se vieran en la necesidad de secuestrar a otro miembro de ese clan, dudaban fuera tan fácil la segunda vez.

―Sólo me tomaste por sorpresa ―dijo, poniéndose de pie―. No volverá a ocurrir ―aseguró, planificando una estrategia que le permitiera esquivar en lo posible aquellos bestiales golpes, pues estaba seguro de que si tocaban el cuerpo de Ino otra vez, enmendar el daño tomaría demasiado tiempo.

Tiempo que no tenían.

―En ese caso no me contendré, Ino-cerda ―Se escuchó la voz de Sakura, de pronto―. ¡El Sharingan no Eiyu no fue mi único maestro! ―Su grito difícilmente se pudo escuchar por sobre el estruendo que ocasionó su puño derecho contra el suelo y el rugido de la zanja que se abría furiosa en dirección a la rubia quien, aturdida por el temblor, apenas tuvo tiempo de esquivarla.

―"¿¡Cómo es posible tal fuerza!?" ―pensó Ikomato, horrorizado mientras Ino se volteaba como un rayo ante la presencia repentina de su contrincante―. Maldición, eres rápida ―murmuró, empezando a esquivar sus golpes.

Izquierda. Derecha. Derecha. Salto. Izquierda otra vez. No podía seguir sólo esquivándola, eso estaba claro, pues cada segundo que pasaba parecía volverse más rápida, más impetuosa.

―¡Shanaro! ―El impacto que absorbió el pequeño santuario de piedra tras Ino, fue suficiente para que la estructura se viniera abajo.

―"Ahí." ―Por fin pareció emerger una apertura en su defensa. La rubia saltó sobre Sakura y pudo patearla por el costado mientras la tuvo de espaldas, no obstante, ella logró cubrirse. Aún mientras lo hacía, Ino siguió propinándole una serie de consecutivas patadas en dirección a la cara, hasta que su contrincante la sujetó por una pierna y la aventó lejos. Ikomato se sintió afortunado de lo flexible que era el cuerpo de la Chūnin, pues se incorporó antes de que la pelirosa llegara corriendo a donde había caído. Aprovechó para lanzarle varios kunais que fueron bloqueados con facilidad, aunque, entre ellos, el único que era explosivo fue suficiente distracción para llevar a cabo su plan: Ino saltó muy alto y desde el aire dirigió un ataque psíquico a su oponente que la dejaría lo suficientemente inmovilizada como para que toda la serie de shurikens que lanzó después, se enterraran con eficiencia en su carne.

Su Más Bella SonrisaWhere stories live. Discover now