40

8.6K 549 51
                                    

Sigue narrando Diego.

A la mañana siguiente, me levante en la madrugada para levantar a Sean y ponerlo en el sillón y así creyera que había dormido ahí.

Erika se veía hermosa durmiendo arriba de una almohada y con la manta enredada en su cuerpo.

Estúpido Sean, ¿Cómo puede andar con otra mujer cuando tiene a la más hermosa con él?

Me recosté con Erika y rápidamente le quite la almohada para que pusiera sus brazos sobre mí.

Sonreí.

Me encantaba Erika.

Todavía me acuerdo cuando ayer en la noche ella pensó que la iba a obligar a hacer un trio. Su cara asustaba me hacía saber que aún no estaba preparada para hacerlo.

Me fije en el reloj que estaba en la mesita a un lado mío y vi que eran las seis de la mañana.

No tenía sueño.

Por lo que me acuerdo que teníamos que hacerle un interrogatorio a Sean cuando despertara.

-¿Diego?-escuche que Erika decía mi nombre. Voltee a verla, era hermosa.

-¿Si?

-¿Qué hora es?

-Las seis, ¿dormiste bien?

-Sí, gracias.

-Podrías decirme que soñaste

-Es algo...complicado.

-Entonces, ¿Por qué te levantaste llorando y gritando?

-Yo...soñé que...-sus ojos se cristalizaron, ahora me arrepiento de haberle hecho esa pregunta-Morías.-Se sorbió la nariz.-Yo soñé tu muerte, Diego.

De prontose subió encima de mí y me abrazo, dejo reposada su cabeza en mi hombro y sollozó.

Pase mis brazos por su cintura y la abrase con fuerza. Le decía palabras de consuelo de que eso no iba a pasar y ella se tranquilizó un poco.

Después de unos minutos, Erika se separó de mí y me beso.

Era un beso corto ya que rápidamente se separó de mí para acomodarse sobre mi pecho, delineando mi abdomen.

-Creo que es mejor olvidar esto y empezar a preguntarle a Sean lo que sucedió anoche.-Asentí, si con empezar a preguntar a Sean se le olvide el mal sueño entonces lo haremos.

Fui a despertar a Sean y cuando este se levantó, me fui a sentarme a la cama con Erika que miraba fijamente a Sean.

-¡¡Ay, tengo un horrible dolor de cabeza!!-se quejó Sean mientras se tocaba la cabeza.

-¿Qué fue lo que hiciste ayer?-pregunto Erika cruzando sus brazos.

-¿Ayer?-murmuro viendo a Erika.

-No como crees, lo que hiciste mañana.-exclamo Erika molesta.

Y la entiendo.

Primero Sean se va con otra y luego viene corriendo hacia Erika porque la otra chica lo dejo.

Es una tontería.

-No puedo pensar con claridad cuando tu estas frente a mí con un mini pijama y cruzada de brazos, ¿Sabías que haces que tus pechos se levanten? Bueno pues lo hacen, lo unico que puedo pensar es ponerte contra esa pared y pe...-

-Nadie quiere saber lo que quieres hacer, así que si vuelves a contestarle a Erika como lo acabas de hacer, te voy a golpear tan fuerte que apenas recordaras que ella es tu mate.

-Tranquilo Diego, cálmate-dijo Erika agarrando mi brazo. –Ahora responde.-exigió ella.

-Pues no lo sé, no me acuerdo de nada.

-Ah, pero si te acuerdas lo que dijiste ayer en la noche, ¿verdad?

-¿Algo de un trio? No lo sé, mis recuerdos son borrosos.

-¿A dónde fuiste?

-A un bar.

-¿Por qué?

Erika estaba tensa.

-Nose, Cindy me dijo que, ¡hey! ¿A dónde vas?-Erika se había levantado molesta hacia la puerta murmurando cosas que no logre escuchar.

Erika

Esa chica me va a oír.

Salí de la habitación importándome una mierda si iba en pijama y descalza, parece que alguien necesita una buena lección.

Fui a su habitación y no estaba.

Perfecto.

Lo que me faltaba.

Fui al bar más cercano del hotel y encontré muchos cuerpos tirados.

La mayoría estaba dormidos, otros casi despiertos y nose que estaban haciendo los demás.

Busque el rostro de idiota que tiene Cindy y no lo encontré.

Un chico ebrio se interpuso en mi camino impidiéndome salir y gruñí molesta.

-Déjame pasar

-Oye, porque no te tranquilizas aun poco y vamos a mi habitación y...-lo interrumpí con un golpe en la mejilla.

-¡No me quiero tranquilizar! ¡solo muévete de mi camino, idiota!-el chico no se movió y decidí por empujarlo.

Menos mal que estaba ebrio porque si no, uff.

¿Dónde podría estar una demente?

En el manicomio

Aquí no hay manicomios.

Sonreí. Dios, solo yo misma me puedo poner bien acerca de esa loca.

Hay un lugar donde podría estar, pero... no lo creo.

Ojala que este ahí.

Mi pequeña mateWhere stories live. Discover now