Más que amigos | Sebastian Stan

PARTE 4

A la mañana siguiente te despertaste aún en el suelo y con un gran dolor de espalda.

— Oh rayos.

Chris seguía dormido así que comenzaste a picarle la nariz para que se despertara.

— Chris despierta — le susurraste mientras seguías picando su nariz y la barbilla.

— 5 minutos más — respondió con voz soñolienta.

— Vamos debes levantarte — le insististe.

— Mierda mi espalda... qué hora es? — te preguntó tratando de levantarse, tu miraste tu reloj.

— Joder! Son las 10! Voy super tarde al trabajo! Levántate hombre — le insististe y saliste corriendo a tu habitación.

— Eres peor que mi madre mujer! — te gritó él aun tirado en el piso.

Eras fotógrafa de una revista de deportes y ese día debías tomar unas fotos para una portada pero cuando llegaste a tu trabajo alguien más estaba tomando las fotos.

— Llegas tarde — te dijo alguien, así que saliste del estudio y te dirigiste a tu escritorio para editar otras fotografías de la revista.

Después del almuerzo recibiste un mensaje de Sebastian:

Seb: Te necesito. Ven a mi apartamento.

Te pareció extraño que él te pidiera que lo fueras a ver, sobre todo a esa hora. Debería estar en grabaciones pero en ese momento eso parecía irrelevante. Algo le pasaba y ya que no tenías mas trabajo que hacer, saliste antes del trabajo y fuiste a su apartamento. Aún guardabas la llave así que entraste pero no lo viste por ningún lado.

— Seabass?

— Aquí — te gritó desde su habitación.

Cuando entraste te encontraste con un cuarto completamente destrozado, habían miles de cosas tiradas en el suelo y Sebastian se veía terrible, como si hubiera pasado llorando o algo así.

— Pero qué diablos pasó aquí? — le preguntaste mirando a tu alrededor.

— Juliette rompió conmigo — te respondió.

— Qué? Pero por qué? Ayer parecía que todo estaba bien — le dijiste confundida. Odiabas verlo así y si tuvieras a esa perra desgraciada en frente estabas segura que la matarías.

— Bueno eso creía yo también pero resulta que ayer conoció a otro tipo y ahora me dijo que esta enamorada de él y por eso rompió conmigo.

— Maldita perra desgraciada" le dijiste inconscientemente y te sentaste a su lado. — Seb lo siento mucho, ella es una perra y no te merece.

Muchas cosas habían pasado durante los últimos años, muchos sentimientos cruzados hacia él y lo único que te reconfortaba era verlo feliz, pero esta vez estaba mucho mas afectado que nunca.

— Odio verte triste, déjame que te ayude a recoger todo esto — te agachaste para recoger unas cosas pero sentiste un agudo dolor en la espalda.

— Estas bien? — él te preguntó.

— Sí estoy bien, es solo que ayer nos quedamos dormidos en el suelo con Chris — le respondiste mientras recogías el desorden.

— Dormiste con Chris?! — exclamó inmediatamente.

— No es lo que piensas... olvidado no es nada — le respondiste y tu celular comenzó a sonar, era un número desconocido pero igual contestaste.

— Hola?
— (T/N)?
— Sí? Quien habla?
— Soy Peter.
— Oh Peter hola! — le dijiste y saliste de la habitación mientras Sebastian te veía con curiosidad.
— Quería saber si estarías libre ahora por la noche para salir conmigo.

Lo pensaste un momento y volviste a ver a Sebastian que aún te miraba con curiosidad.

— Espera — le dijiste y te acercaste a Sebastian pero antes de que le dijeras algo él te dijo:

— Ve, sal con él, yo estaré bien.

— Estas seguro? No quiero dejarte solo así como estas — le dijiste acariciando sus mejillas.

— No te preocupes muñeca, diviértete — y te regaló una pequeña sonrisa.

— Eres mi angel — le dijiste y saliste de la habitación para aceptar la propuesta de Peter.

Cuando colgaste te sentaste junto a Sebastian.

— Estas seguro que no quieres que me quede? — le volviste a preguntar.

— (T/N) yo estaré bien, ya me siento un poco mejor solo de verte — te respondió.

— Esta bien pero si necesitas algo, lo que sea, no dudes en llamarme que yo vendré corriendo — le dijiste y él te besó en la frente.

— Gracias, eres la mejor pero... cuéntame bien lo que pasó con Chris — te dijo y tu rodaste los ojos y gruñiste.

— Oh Stan... debo irme. Llámame si necesitas algo — le dijiste y saliste de su habitación.

— Fondue? — te alcanzó a decir.

— Cállate! Nada pasó — le gritaste justo antes de salir.