PARTE 7

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Seis meses después

Eran casi las 9 pm y para esa hora debías haberte ido del trabajo pero tu jefa no paraba de darte más y más trabajo. Amabas tu trabajo pero tu jefa, Claire, era lo que se consideraba "una loca desquiciada adicta a dar órdenes y hacer miserable la vida de cualquiera".

— (T/N) necesito las nuevas fotografías para la campaña de Nike — se asomó Claire a tu escritorio con su postura estirada como siempre.

— Claro, mañana por la tarde estarán listas — respondiste sin levantar la mirada del ordenador y continuaste con lo que estabas haciendo.

Además de estar trabajando en otras dos campañas para otra empresa deportiva muy reconocida, estabas hablando con tu hermano por correo ya que donde él estaba era la única forma de comunicación, e incluso eso no era muy usual. Tenían tres años de no verse ya que él viajaba por el mundo donde fuese necesario su ayuda, sobre todo luego de catástrofes naturales.

— Las necesito para mañana a primera hora — te replicó Claire apoyándose en tu escritorio con una mirada intimidante. Quizás no era su mirada lo que te intimidaba sino esa vena que atravesaba su frente y amenazaba con estallar en cualquier momento.

Estaba loca si pensaba que lograrías sacar esa campaña y otras dos para mañana a primera hora, eran más de las 9 y básicamente sólo quedabas tú. Sabías que la campaña publicitaria de Nike te llevaría horas y estabas lo suficientemente cansada como para pensar en ello.

— Claire las fotografías requieren mucho trabajo, me llevaría horas solo en retoque y aún debo terminar esto — le dijiste.

— Bueno, espero que no tengas planes porque pasarás aquí toda la noche hasta que termines eso y lo que te acabo de pedir — y se te acercó más — Lo primero que quiero ver en mi correo mañana por la mañana son esas fotos, entendiste? — te dijo con una sonrisa retadora — O prefieres que alguien más lo haga? Porque cuando yo quiera puedo contratar a alguien que te reemplace.

Sentías hervir tu sangre y estabas a un pelo de arrancarle los ojos junto con esas extensiones quemadas que tenía. Sólo pensabas en lanzarla del octavo piso del edificio pero presentías que su pacto con el diablo la haría sobrevivir y claro "hierva mala nunca muere", así que tragaste grueso y con tu mejor y más falsa sonrisa le respondiste:

— No te preocupes, esas fotos estarán en tu correo a primera hora.

— Perfecto, yo me debo ir, tengo una fiesta — te dijo sonriente y triunfante. Ésta mujer definitivamente no se daba a querer, odiosa y malvada como ninguna. Una bruja.

Le sonreíste nuevamente y respiraste hondo para no tirarle el pisapapeles que tenías sobre el escritorio.

— Au revoir (Or wa) — te dijo con ese pésimo acento francés y se marchó.

Era pasada las 1 am y las fotografías estaban listas, las habías adjuntado en un correo con tu jefa y estabas escribiéndole un último correo a tu hermano que posiblemente no lo leería hasta dentro de un mes, pero por el cansancio no te diste cuenta que él correo con las fotografías las habías adjuntado a tu hermano y el otro correo en el cual hablabas pestes de tu jefa se lo habías enviado de hecho a ella. Oh sí... maldito cansancio, que cuando te diste cuenta tu corazón prácticamente se detuvo, te pusiste completamente pálida y sentías incontables ganas de vomitar.

— Mierda! mierda no puede ser soy una idiota!! — gritaste sintiendo como comenzabas a hiperventilar.

Corriste a la oficina de ella para borrar el correo de su computadora pero estaba cerrada bajo llave. Esa maldita arpía continuaba arruinando tu vida.

Más que amigos | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora