PARTE 13

2.7K 156 63
                                    




Sebastian y tú no paraban de sonreír mientras danzaban una balada que él mismo tarareaba. El mundo alrededor de ustedes no importaba, probablemente lucían como dos locos bailando en la entrada del edificio, pero qué más daba, finalmente parecía que todo estaba bien.

-Este es el mejor cumpleaños que he tenido en muchos años –le susurraste al oído y lo besaste dulcemente en la mejilla.

-Me alegro que yo sea el responsable de eso –bromeó –, porque si lo piensas bien el plan de Peter era todo, menos original.

Sebastian sonreía tan plácidamente, lucía como un chiquillo jugando al superhéroe. Te miraba como quizás nunca lo había hecho, y de verdad esperabas que nunca dejara de hacerlo.

-Te amo –dijiste y apoyaste tu rostro en su pecho.

Sabías que de un momento a otro deberías enfrentar la realidad, y con realidad te referías a Peter. Claramente no era el chico indicado para ti, pero él también se había esforzado esta noche y era momento de hacer lo que correspondía, y no solo salir huyendo. 

Deseabas prolongar un poco más el momento romántico que estabas teniendo con Sebastian, pero parecía que alguien no pensaba igual. De repente, la puerta principal del edifico se abrió con fuerza empujándolos hacia las escaleras. Justo en el umbral estaba Peter observándolos con rabia. Por lo que parecía lo había visto todo, y aunque no fuese así, con el solo hecho de verlos bailar de esa forma tan íntima mirándose a los ojos y sonriéndose el uno al otro, era claro que habías decidido con quien quedarte. Y obviamente no era él.

Permaneció quieto por un momento observándote no solo con rabia, sino con mucho desprecio hasta que su mirada se desvió hasta Sebastian. Sebastian te sujetó la mano con fuerza y ni por un segundo le desvió o bajo la mirada. Peter bajó el primer escalón y se detuvo como si estuviera pensando en retroceder y dejar las cosas así, pero entonces bajó el siguiente y el siguiente con más rapidez hasta que los alcanzó y te empujó hacia un lado lejos de Sebastian.

- ¡Lo sabía! –Gritó Peter lleno de ira - ¡Sabía que nunca te saldrías de su vida, pedazo de basura!

Peter se abalanzó sobre Sebastian haciéndolo deslizar en el suelo húmedo de la acera. Ambos comenzaron a rodar y a lanzarse puñetazos. Sebastian trataba de controlarlo, pero Peter parecía fuera de sí, ni siquiera le atinaba bien, solo lanzaba golpes y gritaba como si estuviera poseído. Mientras tanto, tú los observabas con horros aún en el suelo. Querías detenerlos, pero con tu suerte tal vez uno de esos puñetazos iría directo a tu nariz.

Finalmente Sebastian logró tranquilizar a Peter, quien ahora solo gruñía y resoplaba con cansancio. Cuando pareció que ya no saltaría otro gancho, Sebastian lo soltó y se puso de pie ayudándote a ti también a hacerlo. Peter se sacudió el abrigo y los observó con la respiración acelerada.

-Peter, esto no es culpa de Sebastian –le dijiste con nerviosismo, las manos aún te temblaban –Debí decírtelo antes. Intenté de verdad que esto funcionara, intenté de todas las maneras posibles, pero no pude...

Él levantó la mano para detenerte y dio un paso al frente. Sebastian colocó su brazo frente a ti a la defensiva y se plantó con fuerza ante cualquier movimiento de Peter.

-Creo que es mejor que te vayas de aquí Peter –dijo Sebastian.

Peter agachó el rostro y sonrió con desdén. Luego alzó la vista y le lanzó un fuerte y rápido puñetazo a Sebastian en el pómulo. Sebastian retrocedió perdiendo el equilibrio mientras tú buscabas la forma de alejarlo, pero no te lo permitió. De ninguna forma, aceptaría ser el único con un ojo morada en la mañana.

Más que amigos | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora