Rescate

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Justo en el momento en que sintió la daga rozando su piel, la mano que la sostenía se aflojó y el peso del hombre cayó sobre ella aplastándola. Pero apenas duró un segundo porque alguien lo apartó, liberándola. Se sentó al momento, tratando de recuperar el resuello. Había estado cerca. Muy cerca.

-Mac - la voz angustiada de Rob precedió a sus manos ayudándola a levantarse - Creí que no llegaba a tiempo.

-Rob - se abrazó a él - Nunca en mi vida me he alegrado tanto de verte.

-¿Estás bien, Mac? - le sujetó el rostro con ambas manos y le movió la cabeza para estudiarla - Estás sangrando. Maldita sea.

-No es nada - se llevó la mano al cuello, al pequeño corte que le había hecho aquel hombre con la daga - Se curará solo. Pero dime, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en el campamento con los demás?

-Estaba cerca esperándote - la miró a los ojos y sonrió, un poco más tranquilo ahora que estaba a salvo - Quería acompañarte hasta el campamento. ¿No creerías que te dejaría andar sola por ahí durante la noche?

-Si esta conversación la hubiésemos mantenido esta misma noche - entrecerró los ojos - no te habrías librado de unos cuantos insultos, Rob. Pero ahora mismo estoy tan agradecida porque estés aquí, que no pienso decir nada.

-¿Qué hacemos con él?

Miraron al hombre inconsciente en el suelo. Rob le había dado un buen golpe y probablemente se despertaría con dolor de cabeza. A Aileen le hubiese gustado hacerle algo más fuerte pero prefería alejarse de Huntly cuanto antes. No tardarían en descubrir que ya no estaba en el castillo y temía que saliesen en su busca y los encontrasen. Necesitaba poner millas de distancia entre ellos.

-No hay tiempo para darle un escarmiento - negó - Dejémoslo. En cuanto descubran que me he escapado podrían venir a por mí y prefiero no estar cerca cuando suceda.

-De acuerdo - la tomó por un brazo - Le dejaremos el caballo también. No lo necesitaremos.

-¿Habéis traído a Dubh?

-Ese caballo es como tú - refunfuñó.

-¿Maravilloso? - aventuró divertida, a sabiendas de que no había sido un halago.

-Indomable.

-Yo también te extrañaba, Rob - rió. Ahora que estaba con él, se sentía lo suficientemente segura como para bromear.

-Dime eso cuando lleguemos al campamento - le guiñó un ojo - y te daré una mejor respuesta.

-Creo que me quedaré con las ganas - después de un par de pasos añadió - O más bien te quedarás tú con las ganas.

-Me lo temía - le escuchó decir por lo bajo aunque estaba segura de que contaba con que lo escuchase igualmente.

-Gruñón - sonrió a su espalda en cuanto estuvieron a lomos del caballo de Rob.

-Mac - la llamó él minutos después.

-¿Sí, Rob?

-Te extrañaré cuando regreses a tu hogar.

-Puedes ir a visitarme siempre que quieras - le aseguró ella - aunque sé que no lo harás.

-Mi lugar está allí donde necesiten de mis servicios - asintió.

-Pues no pienso pagar para que vengas a verme - lo golpeó en un costado con suavidad.

-Tenía que intentarlo - rió él.

Llegaron al campamento en poco tiempo y Boyd abrazó con tanta fuerza a Aileen que tuvo que protestar por falta de oxígeno. La bienvenida por parte del resto de compañeros fue menos efusiva pero igual de emotiva. Habían sido su familia durante algo más de dos años y los echaría de menos por más que estuviese deseando regresar a su hogar.

Un highlander a la altura (Viaje por las Highlands 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora