Un highlander a la altura (Viaje por las Highlands 2)

Epílogo

Como muchos preguntáis por Adam, os diré que NO va a tener historia. Sé que la pedís mucho, pero es un personaje real que murió joven y soltero. Como muchos que me conocéis de antes sabéis, yo NO modifico la historia. Puedo meter alguna cosilla en medio que convenga a mi historia, pero nunca la modifico. Así que no, Adam seguirá muriendo joven y soltero. Lo siento.

De hecho, como la pedís tanto y no os la puedo dar, investigué un poco más (aunque es difícil encontrar información de personajes que no tuvieron una gran importancia en la historia de Escocia) y me imagino que murió, justo a su hermano mayor y la esposa de este, en el incendio que sucedió en Huntly dos años después del año en que ubiqué esta historia. 

Muchas veces la realidad es más cruel que la ficción y, aunque me hubiese gustado que una gran mujer le diese una lección (y se enamorasen), no lo haré porque, como ya dije, yo no cambio lo que pasó en la vida real. 

Y ahora sí, disfrutad del Epílogo!
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James colocó el último tronco en la pila antes de secar el sudor de su frente. Apenas había descansado hasta que terminó el trabajo pues quería dejarlo todo listo antes de que las primeras nieves cayesen y todavía faltaban algunas cosas por preparar. Se habían trasladado a la casa nueva un par de semanas atrás gracias a la ayuda de todos en la granja. Habían colaborado en la construcción para que el invierno no se les echase encima sin haberla terminado.

Adam se había marchado un par de días después de su rescate, no muy conforme con que él se quedase en Lockbay aunque no había vuelto a insinuar que debía regresar a Huntly. Las diferencias entre Aileen y él parecían no tener una pronta solución pero al menos lo habían intentado en aquellos dos días que permaneció con ellos en la granja. A pesar de la evidente tensión entre ellos, habían logrado no discutir en demasiadas ocasiones. James esperaba que con el tiempo pudiesen hacer las paces definitivamente. Tal vez cuando Adam aceptase que Lockbay era ahora su hogar y Aileen lo perdonase de verdad por todas las veces que la había acusado en el pasado.

Rob había decidido quedarse hasta el final para ayudar pero también se había marchado una semana antes, llevándose a Ellar con él, para sorpresa de muchos. No lo fue para él, pues sabía que Aileen tenía algo que ver con aquello aunque ella lo negase cada vez que le preguntaba. Los meses en que duró la construcción de la casa la había visto hablando con su hermano y con Rob en más de una ocasión y siempre terminaban la conversación cuando alguien se acercaba a ellos. Demasiado sospechoso tratándose de su esposa.

-Ven a casa, James. Está anocheciendo - lo llamó Aileen.

Una sonrisa cruzó su rostro en cuanto la tuvo entre sus brazos. No había mayor felicidad que saberse el poseedor de su amor. La besó justo antes de arrastrarla dentro de su hogar. Un hogar que no tardarían en llenar de niños. De hecho ya habían empezado a crear su propia familia.

-¿Cómo te encuentras hoy, amor? - le preguntó colocando su mano en el vientre ligeramente abultado de su esposa - No habrás hecho demasiados esfuerzos, que nos conocemos.

-Estoy tan bien como ayer - sonrió ella - Y como el día antes de ayer. Y como el...

-Lo he pillado - la interrumpió - Estás bien.

-El embarazo apenas comienza, James - lo obligó a sentarse en una silla para sacarle las botas después de cubrirlo con una manta para que no cogiese frío después de estar sudando toda la tarde - Solo tengo un garbancito en la tripa por ahora. Cuando no pueda verme los pies, será cuando empiece a pensar en sentarme todo el día mientras tú atiendes a todos mis caprichos.

-Estoy deseando que llegue ese momento - tiró de ella para sentarla en su regazo - Quiero consentirte, mi vida. No solo cuando no puedas ver tus pies, sino siempre.

-¿Qué habré hecho yo para merecer un hombre como tú? - sujetó su rostro con ambas manos - Eres tan perfecto que asusta.

-Tengo muchos fallos, Aileen y los irás conociendo todos - acercó su nariz a la de ella - pero amarte no es uno de ellos.

-Tú me amas con mis fallos - rozó sus labios - Yo haré lo mismo con los tuyos.

-No esperaba menos de mi esposa - sonrió.

-Una vez Boyd me dijo que para enamorarme debería encontrar a un hombre a mi altura - le dijo - En aquel momento no quería saber nada del asunto pero creo que tenía razón. 

-Así que doy la talla - bromeó con ella.

-No me refería a eso - le dio un suave golpe en el hombro y James se apoderó de su mano para besársela - Me refiero a que debía encontrarte a ti para enamorarme. Ningún otro lo habría conseguido. 

-Soy tu highlander a la altura - susurró contra su cuello.

-Eres mucho más que eso - lo besó - Eres el hombre al que amo.

-¿Más que a tus armas? - siguió bromeando con ella mientras sus labios se unían y se separaban en besos intermitentes.

-Más que a mi vida incluso. 

-Eso es mucho - sonrió satisfecho.

-Te amo, James Gordon.

-Te amo, Aileen Gordon. Mi esposa.

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