No permitáis que la unión de unas almas fieles
admita impedimentos. No es amor el amor
que cambia cuando un cambio encuentra
o que se adapta a la distancia al distanciarse.
¡Oh, no!, es un faro imperturbable
que contempla la tormenta sin llegar a estremecerse,
es la estrella para un barco sin rumbo,
de valor desconocido, aun contando su altura.
No es un capricho del tiempo, aunque los rosados labios
y mejillas caigan bajo un golpe de guadaña.
El amor no varía durante breves horas o semanas,
sino que se confirma incluso ante la muerte.
Si es esto erróneo y puede ser probado,
nunca escribí nada, ni ningún hombre amó.
William Shakespeare
ESTÁS LEYENDO
Las reglas del destino (EN EDICIÓN)
RomanceA sus 85 años, la demencia senil lo ha sumergido en las páginas. Las palabras de un viejo libro lo atormentan y lo hacen vivir una historia de amor que controla su vida. Entre música y recuerdos, la imagen de una joven se apodera de su presente y tr...