El Príncipe y los siete Bogatyrs (AU Yuri!!! on ice)

10. En lo profundo del bosque (Parte 2)

—¡Ven Yuuri! ¡Ven a bañarte conmigo! —gritaba JJ desde el helado y turbulento río.

—¡N-no! ¡Gracias! ¡Tal vez para la próxima! —gritó rechazando la alocada invitación del bogatyr.

Caminó junto con Mila hasta llegar donde los caballos. La bogatyr se quedó con los animales y él fue a curiosear lo que estaba haciendo Pichit. Se veía muy concentrado en su tarea, Yuuri se acercó por detrás para no molestarlo. Pudo ver que lo que el caballero tenía entre sus manos era un cuaderno de dibujo y se encontraba pintando aquel hermoso lugar. Todo estaba tomando forma poco a poco gracias a las manos de moreno, el lienzo se iba llenado de colores que parecían tan reales y vivos que el Zarevich podría jurar que si intentaba tocarlos terminaría acariciando la flor a la que representaban.

—Eres muy bueno en eso —dijo en cuando Pichit paro un momento para estirarse.

—¡Yuuri! —un pequeño salto casi le hace tirar todas sus cosas— ¡¿Cuánto tiempo llevas ahí?!

—L-lo siento ¿Te molesta que mire? —preguntó nervioso, lo último que quería era causar alguna incomodidad.

—No, para nada —lo tranquilizó el al notar su nerviosismo— Solo no me di cuenta cuando llegaste y por eso me asusté. Ven siéntate al lado mío, te mostrare mis dibujos

—¡De verdad! ¡¿Tienes más?! —rápidamente tomo un puesto al lado del chico.

Pichit sacó de entre sus cosas más cuadernos de ese estilo y le fue mostrando una a una sus creaciones. Había desde hermosos paisajes hasta retratos de sus compañeros bogatyrs. Todos los dibujos eran muy detallados y con distintos estilos. Mientras unos solo eran en blanco y negro debido al carboncillo, otros se llenaban de colores gracias a los distintos materiales que usaba.

—Tengo una idea Yuuri, déjame hacer de retrato de ti

—¿De mí? —preguntó realmente sorprendido. Todos los dibujos eran bellos y él no se encontraba la gran cosa como para merecer el honor de ser inmortalizado por el talentoso dibujante— Yo no soy... digo tus obras son tan... y yo

—¿De que estas hablando Yuuri? —lo interrumpió cuando intuyó a donde iba todo el asunto— Eres muy lindo, no te atrevas a pensar lo contrario. Ahora quédate ahí sentado y no te muevas demasiado

El Zarévich no pudo evitar enrojecerse un poco ante las palabras del chico. El único que le había hablado de esa forma había sido Viktor y eso fue hace algún tiempo.

De pronto notó lo mucho que extrañaba a su prometido.

A esas alturas ya debió haber vuelto junto con el Zar ¿Estaría buscándole? ¿Pensaría que huyó? Las dudas comenzaron a azotar los pensamientos del pequeño príncipe, si todo hubiese seguido su curso normal en este momento ya estaría casado con Viktor.

—Que expresión tan melancólica —dijo Mila acercándose a Pichit.

—Sí ¿Me pregunto en que estará pensando? —decía mientras intercalaba sus miradas entre Yuuri y su cuaderno— Quisiera preguntarle, pero se ve genial así, tal vez cuando termine lo haga

Así paso un buen rato, Mila cuidando los caballos, JJ que aun seguía en agua, ya había cazado algunos peces con sus propias manos, Emil apareció finalmente y Pichit no dejaba de dibujar fervientemente al Zarévich frente a él.

—Pronto comenzará a oscurecer —dijo JJ saliendo del agua.

—¡Terminé! Bueno casi, solo me faltan algunos detalles, pero los puedo terminar cuando volvamos.