Escribir sobre un lugar en el que no has estado

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He aquí la gran incógnita. En lo personal, lo he hecho y muchos escritores también recurren a esto. Vives en México y escribes sobre Francia, aparte de jamás haber visitado el lugar. La conclusión, en general, es bastante clara: sí, se puede escribir sobre un sitio no visitado. Afortunadamente.

Digo afortunadamente no solo por el ahorro que supone no tener que viajar en persona a Tokio o a Pekín para escribir sobre ellas, sino porque hay lugares a los que, por mucho que queramos, no podríamos ir a documentarnos, como la Luna o Marte, por ejemplo.

Por eso he pensado en escribir esta entrada con una serie de consejos sobre cómo documentarnos para escribir sobre lugares en los que jamás hemos estado. A ver qué les parecen:

1. Punto de partida: datos generales

Una búsqueda general en Google podría servir. En esta primera fase de búsqueda intenta no dejarte nada atrás. Todo es importante, desde la hora de salida y puesta del sol hasta la gastronomía habitual de la zona. Hasta el detalle más tonto podría restarle verosimilitud a la historia si te encuentras con un lector que conozca el lugar del que hablas.

Por ejemplo, imaginen a alguien escribiendo sobre Colombia (país donde vivo) y su historia se desarrolla en Bogotá, todo va bien hasta que escribe que sus protagonistas van a dar un paseo a la PLAYA. Primero: la distancia entre Bogotá y el mar es de más de 16hr en bus. Segundo: la temperatura promedio es de 13° y nadie (según yo) va a la playa con ese clima. Sé que he escrito sobre LA, pero me he informado antes.

2. Paseos virtuales

Una de las herramientas más alucinantes con las que contamos hoy en día para documentarnos sobre lugares que nunca hemos visitado son Street View.

Gracias a estas herramientas podemos pasearnos por las calles de cualquier ciudad del mundo y, aunque nunca será lo mismo que una visita en carne y hueso, nos permite hacernos una idea de cómo sería estar allí.

La única pega de esta parte de la documentación es que solamente es válida para historias que tengan lugar en el presente. Si queremos escribir una novela histórica ambientada, por ejemplo, en la Girona del siglo XV, lo tendremos más complicado. Por desgracia aún no han inventado el Google History View. Pero bueno, al menos podremos darnos un garbeo por el casco antiguo de Girona e intentar hacernos una idea de cómo pudo haber sido en otra época.

3. Documentales y películas

Para esto también tendremos que tirar de Google y buscar documentales y películas relacionadas con el lugar sobre el que queremos escribir. Todo nos vale, desde un reportaje exhaustivo sobre la vida en ese lugar, hasta una película que simplemente la tenga como escenario. El caso es empaparnos del lugar para que podamos entenderlo en toda su esencia.

4. Libros

Al igual que en el punto anterior, aquí podemos recurrir tanto a la ficción como a la no ficción. Ensayos, guías de viaje, novelas... Todo lo que verse sobre el lugar de estudio o bien ocurra allí, te ayudará a captar su esencia.

Las guías de viaje clásicas son un buen punto de partida (como la Wikipedia a la hora de comenzar la documentación), pero intenta buscar también libros que ofrezcan visiones distintas del lugar. Sin ir más lejos.

Ya lo saben, infórmense bien antes de cometer un error sobre una puesta de sol en Cartagena/Colombia a las nueve de la noche.

Cam V.

Cómo escribir una historia y no morir en el intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora