Incluir la escritura en nuestra vida diaria

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Si alguien puede denominarse a sí misma una persona distraída soy yo: descuido lo que tengo que hacer, pierdo las cosas, a veces olvido comer o dormir. Si a eso le agregamos mis dotes de torpeza más la impuntualidad, es un desastre. Ahora bien, debo escribir. Me gusta publicar en una fecha fija, ya que así sé que debo escribir y lo hago.

Lo habitual es que las tareas de cada día, el trabajo, la familia, las relaciones sociales, los estudios...; en fin, la vida, nos deje muy poco tiempo para escribir y lo vayamos postergando hacia el final del día. Lo que pasa es que al llegar a ese momento solemos estar muy cansados y no ofrecemos ninguna resistencia ante cualquier excusa que se le ocurra a nuestro cerebro para no escribir ese día.

Si en algo somos buenos todos los escritores es en conseguir aplazar nuestras sesiones de escritura. Siempre hay algo que deberíamos hacer en ese mismo instante, o decides que estás muy cansado y hoy no te saldrá nada... ¡Bobadas! Lo único que conseguimos así es otra jornada más sin escribir.

No te dejes engañar. Si quieres ser escritor (o escritora) vas a tener que escribir todos los días. Sin excusas. No importa las muchísimas obligaciones que tengas, se puede. Ahora les diré una serie de trucos que yo sigo para conseguirlo:

1. Comprométete

Es lo más importante. Esto de escribir es como dejar de fumar, tienes que estar convencido de que es lo que quieres. ¿Quieres ser escritor? Pues convéncete de que quieres escribir todos los días y comprométete a ello.

2. Ponlo por escrito

Como si firmases un contrato contigo mismo. Está demostrado que la gente que pone por escrito sus propósitos suele tener más éxito a la hora de alcanzarlos. Así que coge una hoja de papel y anota tu objetivo. Por ejemplo, en mi closet tengo una nota donde dice que debo escribir, además de dos alarmas en mi celular. Háganlo, firmen un contrato con ustedes mismo. Comprométanse a escribir 200 o 500 palabras por día, de a poco se convertirá en un hábito.

3. Busca un hueco en tu agenda

Sé que parece que tu agenda está muy apretada y apenas cabe un hueco para escribir, pero si es lo que realmente quieres hacer, ¿seguro que no podrás encontrar un ratito? No se trata de escribir cuatro horas cada día. Puedes comenzar con media hora. Al fin y al cabo, si logras establecer una rutina y escribir ese tiempo cada día, ¿no será más de lo que has hecho hasta ahora?

Así que busca un hueco: puede ser ese ratito después de comer, adelantando el despertador media horita cada día o acostándote un poco más tarde. Treinta minutos de tu agenda, donde sea, pero intenta que sea un hueco que puedas utilizar todos los días (bueno, si quieres, puedes descansar los domingos).

4. Encuentra el lugar adecuado

Es importante que se trate de un sitio en el que te sientas a gusto y, sobre todo, donde no vayan a molestarte. Si vas a dedicarle media hora o un período corto de tiempo a escribir, intenta que sea de calidad.

Si puedes, avisa a tus familiares o compañeros de lo que vas a hacer y busca en ellos el apoyo necesario. Que nadie te moleste en ese rato. Apaga el teléfono, no mires el correo y consigue la mayor intimidad posible.

Busquen una libreta de apuntes (que a estas alturas ya deberían tener) y escriban en ella.

5. Consigue ayuda

Si tienes la suerte de contar en tu entorno con alguien que pueda apoyarte, pídele ayuda. Intenta que te recuerde que tienes que escribir en ese rato que te has propuesto, que no te permita dejarte llevar por las excusas.

Otra alternativa es encontrar un compañero/a. Alguien que también quiera crear una rutina de escritura e intentar apoyaros el uno en el otro. Es como cuando quieres empezar a hacer deporte: si sales a correr con un amigo, es más difícil poner excusas para no salir. Uno de los dos siempre tirará por el otro.

6. No intentes todo a la vez

Si te has propuesto crear una rutina para escribir todos los días, no intentes al mismo tiempo empezar a escribir una novela, dejar de fumar y empezar a hacer deporte. Establece una meta de cada vez. Será mucho más fácil conseguirla.

Puedes organizar tus sesiones de escritura de una forma divertida, sin presiones. Prueba la escritura automática, por ejemplo. Los primeros veinte días deben ser para establecer la rutina. Luego será más fácil ir incorporando nuevos hitos, como la escritura de una novela.

7. Crea un ritual y prémiate

Le estás pidiendo a tu cerebro que haga ciertos cambios y sacrificios para establecer una nueva rutina. Al cerebro no suelen gustarle esas cosas. Es reacio a los cambios y va a intentar que no lo hagas. Lo mejor que puedes hacer: sobornarlo.

Crea un ritual agradable, encuentra un sitio en el que te sientas cómodo y busca la forma de premiarte por cada sesión de escritura que llevas a cabo. Puede ser comiendo oreos, un helado o una chocolatina mientras escribes, estrenando el bolígrafo o el cuaderno que querías... Lo que quieras, pero intenta asociar la sesión de escritura a algo placentero.

Cam V.

Cómo escribir una historia y no morir en el intentoWhere stories live. Discover now