Perdóname [#2temporada Casados por ley] (TERMINADA) (Justin Bieber) (EDITANDO)

Capítulo 26 *Me enamoré*

Llevaba unos días pensando en ir a visitar a mi madre. Aunque estaba peleada con ella, le seguía queriendo. Ella seguía siendo la mujer que me trajo al mundo, la que me dio vida. Pero no estaba segura de que ella quisiera verme si quiera.

No la había entendido cuando recibí su nota amenazante diciendome que ella estaba harta de comer de la calle mientras yo comía de lujos. ¡Ella era la que me había traído aquí!

Sacudí la cabeza saliendo de mis pensamientos y me vestí. Justin seguía durmiendo igual que los chicos. Cogí mi móvil y bajé las escaleras. Le dejaría una nota para que no se preocupara cuando no me viera por casa. Así que cogí un trozo de papel y un boli.

'Justin mi vida, he ido a la cárcel a ver a mi madre, asi que no te preocupes si no me ves. Lleva a los niños al colegio antes de que te vayas al trabajo. Te ama, _______'.

La dejé encima de su móvil que se encontraba en la cocina y me fui. Fui caminando ya que no tenía ni coche no carné de conducir, asi que no me quedaba otra que caminar. Al llegar, le pregunté a un guardia si podía verla y me dijo que iría a buscarla.

-Una cosa más.-Le interrumpí antes de que saliera.

-¿Qué?

-No le diga que soy su hija porque alomejor no quiere verme.

El guardia asintió y desapareció por la puerta de una sala en la que me había metido para hablar con ella. Era una pequeña sala con una mesa de metal en medio. Había dos grandes ventanas de cristal, donde supuse que los guardias interrogaban a los criminales y más. Me encogí de hombros y me senté en una de las sillas. Estaba algo nerviosa, hacia tiempo que no sabía nada de ella.

Una mujer cabizbaja y empujada por un hombre con las manos esposas entró en la sala.

-Tenéis 10 minutos-alzó la voz el guardia.

-Vale gracias.

El guardia se fue dejando a mi madre sentada en la otra silla. Aún no me había mirado, pero yo no la reconocía. ¡Había cambiado muchísimo! Su pelo estaba recogido en mal moño echo. Como los demás presos, tenía un traje naranja, que le resaltaba los ojos seguramente.

Ella alzo la mirada y me miró con el ceño furioso. Tragué saliva. Quizás tendría que haberme quedado en casa o haber venido con Justin. Esa mujer no era mi madre. La cárcel le había cambiado. Sus ojos brillaban y apretaba su mandíbula con fuerza. Como si su cerebro le obligara a sonreír pero ella se forzara para no hacerlo.

-¿Qué haces aquí?- habló inquietandome. Su voz era dura, furiosa, llena de rencor.

-Vi... Vine a verte.

-Podrías habertelo ahorrado, no quiero verte.

-Pero yo si quería verte.

-¿Qué quieres?

-Hablar contigo.

-¿De qué?

-¿Cómo te va todo?-metí un mechón detrás de mi oreja.

-Oh, genial, me dan helados todos los días y duermo como una reina.-Dijo con ironía.-He estado aquí durante años y ahora te acuerdas de mi. Tú fuiste la que me metió aquí.

-Mamá... Yo no quería...

-No vengas a excusarte. Sé que fuiste tú la que habló. La que me metió en esta mierda. -Gruñó agitando las manos detrás de su espalda.

Mi corazón dio un vuelco haciendome sentir pequeña e indefensa. No era justo que me hablara así. Tenía razones, pero yo tampoco tenía toda la culpa.

-Tú te quejaste de que yo comía como una reina y que estaba feliz, pero perdona, fuiste tú quien me metió en esa casa. ¿Porqué te quejas? No hay quien te entienda, mamá.

-Sabes perfectamente porque lo hice.-Dijo restandole importancia al tema.

-Si, lo sé. Pero me enamoré mamá. Me enamoré de mi marido, y ahora soy muy feliz.-Busqué sus ojos con desesperación.- Soy feliz con Justin y con mis hijos y toda su familia.-Una lágrima recorrió mi mejilla.

-¿Y has venido a restregarmelo?-volteó los ojos.

-No mamá. Te echo de menos, te quiero y tú me ignoras, me tratas mal. Y sí, sé que tienes motivos pero joder mamá, no soy la única culpable de que estés aquí.

-No quiero hablar más, ______.-Se levantó.- No vengas más por aquí, ¿entendido?- Y salió corriendo dejandome con el corazón roto en aquella sala.