Te escribo desde mi tumba

Capitulo uno: La notificación

    —Hoy nos vestimos de luto por dos de nuestras alumnas —Anuncia la profesora Doncell como si nadie supiera—. Un asesinato y un accidente automovilístico son temas muy serios —La profesora no quiere decir los nombres de ninguna de las chicas, Hayley Warrior, encontraron su auto a la orilla de la carretera estrellado y brutalmente deformado, contra un arbol, o eso dicen. 

   —Profesora han pasado tres semanas desde la primera muerte, y dos desde la segunda, es un total de cinco semanas. Eran buenas personas... pero no es para tanto —Protesta George, la profesora ha hecho que vengamos al colegio todos vestidos de negro desde hace tres semanas, y cuando sucedió la muerte de Hayley fue peor, pero no es para quejarse.

—Cierre la boca si no quiere ser suspendido —Amenaza la profesora y atrás de mi suena un "Uuuuuuuh" de parte de Josh, haciendo que George no le quede más opción que callarse.

Me quedo viendo fijamente al pupitre que era de Hayley, el cual está justo al lado del mío, vacío.

La clase había continuado así, aburrida, como siempre, y yo solo pensaba en porque Hayley y yo pertenecemos al mismo "Grupo" de amigos, y no lo digo entre comillas porque sean malos amigos, sino que, ¿En realidad que son los amigos? Bueno, ese día en la cafetería todos nos sentamos en la misma mesa, Hayley a mi lado derecho, Josh a mi lado izquierdo, solo faltaban Ashley y Ruff.

—Les traigo la cosa más hermosa del mundo, y miren que hay una para cada uno —Dijo Ashley mientras se sentaba en medio de Hayley y yo.

—¿Qué es? —Preguntó Hayley.

Ashley abrió su mochila y sacó cinco hamburguesas envueltas en papel y plástico para no manchar su mochila.

—Digan la verdad; les da asco este intento de avena —Dijo, mientras nos daba a cada uno una hamburguesa, tomaba la suya y dejaba una reservada para Ruth.

—Esto no es avena —Añadió Josh, haciendo que nos miráramos entre nosotros.

—¿Y entonces que es? —Pregunté echando la bandeja hacia delante, y entonces llegó Ruth.

—¿Sucede algo? ¿Por qué esas caras? —Preguntó mientras se sentaba al lado de Josh.

No me di cuenta en que momento la profesora terminó la clase, pero el timbre ya sonó, tomo mi mochila y junto con todos salí del salón, veo ambos casilleros, cada uno decorado con fotos, flores de papel y una nota mía en cada uno.

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Al llegar a mi casa encuentro a mi madre leyendo unos documentos, me saluda con una sonrisa y haciendo ver más llamativos sus ojos azules, voy a mi habitación y me acuesto en mi cama, mi ventana está abierta y se escucha una discusión que proviene de la casa de Hayley, el Sr. Warrior le dice a la madre de Hayley que coma, que lo tiene que superar.

 Mi celular suena, empiezo a buscarlo hasta que por fin lo encuentro debajo de mi almohada, un mensaje de texto. Lo abro y empiezo a leerlo mentalmente.

Hola Nathaniel, si soy yo, Hayley Warrior. De seguro te preguntarás porque recibes un mensaje de texto de una chica que murió hace dos semanas, simple y sencillo:

Uno: Necesito que vayas a mi casa, en mi habitación tengo una caja de zapatos la cual contiene unos cuantos CD, esos son mis videos diarios.

Dos: Estas son mis reglas; Lees, obedeces, no hables y cuando yo diga, no calles.

No planeo hacerte daño, no podría. Simplemente quiero que sepas más sobre mí, aunque sea tarde. Te lo pondré más fácil, la caja está debajo de mi cama.

Sobre la última vez que hablamos, yo también lo siento, de verdad... Lo siento, solo quiero que entiendas, esos videos diarios te harán entender todo, de verdad todo.

No, esto no puede estar sucediendo. Hayley murió hace dos semanas, estuve en su entierro, a cajón cerrado, pero fue su entierro. Esto no es posible.

Empiezo a teclear con los dedos temblándome y jadeando del susto, pero envío el mensaje.

Si de verdad eres Hayley, y no un psicópata que no respeta a los difuntos, dime una cosa que solo Hayley sepa sobre mí...

Tardó un largo rato en responder pero finalmente lo hizo...

Hace dos años cuando llegué al vecindario y te conocí de la manera más dolorosa físicamente, al menos para ti. Caíste de tu patineta y te pregunté si estabas bien y simplemente respondiste que no pasaba nada, ah, y que tienes una pequeña obsesión por los libros de Stephen Kings, ¿Algo más?

En realidad solo Hayley sabía que me gustan los libros de Stephen Kings. Con los dedos ahora temblándome más que antes respondo:

Bien, eso Hayley se lo pudo haber contado a cualquier persona ¿Quién eres? Deja el celular de Hayley en paz

Responde al instante.

¿No me quieres creer? Bueno, tú decides que crees y que no, Luigi. Pero esto solo yo lo sabría, en mi casa está una caja de zapatos con unos CD, fueron una especie de diario para mí, espero que eso lo creas, puedes comprobarlo si quieres. Algo me dice que si te lo cuento todo por aquí no me vas a creer

Es cierto, no le creería si me lo dice todo por mensaje.

Mi madre abre la puerta de mi habitación y asoma la cabeza.

—Nathaniel, vamos a casa de los Warrior. Van a guardar algunas cosas de Hayley para que no se dañen —Explica mientras yo solo me digno a asentir y luego ver el celular en mis manos el cual vibró.

¿En serio no quieres saber cuál es la verdadera cara de todos?

¿Todos? ¿A qué se refiere con "Todos"? ¿Yo soy parte de "Todos"? Por Dios, un psicópata me escribe fingiendo ser mi fallecida y hermosa vecina y yo estoy empezando a creer todo, es obvio que es una broma de mal gusto.

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Al entrar a la casa de los Warrior veo al señor Hank sentado en el sofá viendo unos dibujos seguramente hechos por Hayley cuando era niña, aparecen unos árboles y lo que creo que es una niña un poco mal dibujada, pero logro notar que se dibujó a ella misma por el verde llamativo que usó en los ojos. No veo a la señora Warrior por ningún lado.

No quiero insultar, pero el señor Hank Warrior es verdaderamente feo, Hayley no se parecía para nada a él, bueno, lo único que tenía de él eran sus ojos esmeralda, pero el señor Hank con el color de sus ojos lo único que parece es un duende con ojos llamativos, el mide como uno sesenta, es flaco y tiene un aspecto demasiado viejo para tener cuarenta años, y tiene una barba que por su suerte no tiene canas porque de no ser así, perecería Santa Clous con la barba más corta...

—¿Los hizo ella? —Pregunta mi mamá.

—Sí, cuando tenía cinco años —Responde sin quitar la vista de los dibujos.

Estuvimos casi cincuenta minutos ayudando a meter vestidos de baile y algunos cuadernos en cajas de cartón, y finalmente quedé solo en su habitación, viendo una caja de zapatos que tiene escrito con barniz de uñas color manzana: Video-Diario ¿Podría ser más fácil? Miro hacia la puerta mientras meto la caja en mi mochila y cierro la cremallera rápidamente.

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Me siento como un ladrón al salir de ahí con algo que no es mío, tengo unos horribles nervios que espero no se noten sigo esperando que el señor Warrior grite "¡Hey! ¿¡y los videos-diarios misteriosos de mí hija!?" y por suerte eso no pasa.