Capítulo ocho: Fiesta, qué... fastidio

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Me tiro en la cama cerrando mis ojos e intentando tranquilizarme.

Calma, Nathaniel, calma...

Supongo que no pasa nada con que Hayley no te haya enviado mensajes hoy, supongo que es un descanso para mí.

Supongo.

Me inclino un poco hacia el piso para tomar mi computadora junto a un CD de los videos de Hayl, lo ingreso en la pequeña puertilla de plástico y voy nuevamente a reproductor de películas.

La veo a ella sentada en su cama de piernas cruzadas al estilo de un indio, su mirada está perdida en alguna parte de la habitación pero recae de nuevo en la cámara.

—No pude ser más estúpida —Empieza diciendo pasando una mano por su cabello negro que ahora traía más corto no sobrepasaba sus hombros y su mirada destellaba ira—, Elana no intentó matar al profesor, ella no está enamorada de él, ella... solo estaba defendiéndose —¿Eh? Frunzo en entrecejo confundido y presto atención a sus gestos y movimientos antes de proseguir—, el profesor Jack Roger Miller es un asqueroso voyeur que vigila a las chicas en las duchas de gimnasia sin que nos demos cuenta. ¡Ese maldito y horrible hombre nos estuvo vigilando a escondidas todo el tiempo! —Vociferó pero bajó su tono de voz tiempo después intentando calmarse, si Elana no está enamorada del profesor, ¿Por qué su expresión al mirarlo hoy?— Elana tiene trastorno bipolar, toma sus anti-psicóticos... pero cuando el efecto de estos culmina, ella, ella no logra ni controlar sus emociones y mucho menos sus acciones —Una teoría llega a mi mente, pero de inmediato la borro e intento olvidarla, no lo creo—, ¿Y si es el profesor el que le proporciona las fotografías a Jason?, ¿Cómo eligen a las chicas de la lista? O... O tal vez esos hijos de puta simplemente tienen esas fotos para masturbarse y hacer cosas aún más asquerosas —Noto como aprieta sus manos formando puños haciendo que sus venas se tensen—, sea lo que sea, tengo a Grey y a Miller en la palma de mi mano. No les tendré miedo de ahora en adelante, no pienso llorar más, estoy tomando en cuenta de que he estado conviviendo con voyeurs en el Mazin, seré fuerte, soy yo la que los tiene tendiendo de un hilo sin que se den cuenta —Ladeó una sonrisa de lado y se notaba más segura, extendió su brazo hacia la cámara y ahí culmina el vídeo.

Con lo que ha dicho ella, con todo lo que sé y que ahora le empezaré a contar a Ashley y Josh... tengo que tomar la iniciativa de Hayley, debo dejar de tenerle miedo a Jason, debo llegar a la raíz de los asesinatos y sé que lo puedo lograr.

Dejo la computadora un lado tras cerrarla y camino hacia el armario para cambiarme de ropa.

He notado que Jason está organizando una fiesta en su casa.

¿Cómo puede organizar una fiesta luego del asesinato de Jim?

O mejor dicho, ¿Cómo pueden asistir a una fiesta luego del asesinato de la chica?

Me quito el suéter rojo que traía encima de mi playera blanca y me coloco una chaqueta de cuero negro que tengo guardada que desde el velatorio de Hayley no uso.

—Aquí vamos... —Me siento en la cama tomando unas botas de cuero negra que son básicamente idénticas a las que usan los militares.

Llegan un poco más arriba de mis tobillos pero el pantalón cubre eso. Me miro en el espejo un momento e inclino mi cabeza un poco hacia atrás con una mirada seria.

—Guapo... en algún momento debías dignarte a sacar a relucir tu aporte —Dice una voz femenina, y noto que se trata de mi madre parada en la puerta—, ¿Adónde piensas ir?

Me giro para mirarla mientras meto las manos en mis bolsillos.

—Uno de mis compañeros hará una fiesta y he decidido ir —Me encojo de hombros para restarle importancia a mis palabras pero noto que mi madre no parece estar muy alegre con eso, o tal vez está desconcertada.

Te escribo desde mi tumbaWhere stories live. Discover now