III

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- Hey tú -una sonrisa sincera se posó sobre los labios de Zabdiel mientras caminaba hacia el sofá y se sentaba de costado sobre las piernas de su novia y la única mujer que dejaba de ver por más de un mes en vivo y directo y conseguía ponerse día a día más preciosa-

- Hola tú -murmuró la chica sonriendo mientras estudiaba su rostro en busca de alguna herida, algún signo de mala noche o de sueño, en un mes pueden pasar muchas cosas, posó una de sus manos sobre el regazo del muchacho sentado sobre ella - te extrañé -aseguró acariciando el pecho del chico con dedos delicados consiguiendo imprimir oleadas de calor a través de la tela de su camiseta-

- Y yo a ti -aseguró antes de tomar su mejilla con suavidad e inclinar su rostro hacia ella para conectar sus labios con lentitud, una llamarada de calor recorrió su boca ante el dulce contacto y se inclinó más hacia su chica con el objetivo de profundizar el que comenzó como un ligero beso, sin embargo el mismo se vio interrumpido porque su compañera alejó su rostro del masculino depositando antes de apartarse un ligero beso casi imperceptible sobre la comisura de sus labios- ¿qué te pasa? -farfulló confundido-

La castaña de larga cabellera desvió la mirada hacia sus espectadores al otro lado de la sala y el muchacho de pronto entendió, no se encontraban solos, no tenían permitido este tipo de shows en público; mordió el interior de su mejilla con frustración y dejó un pequeño beso sobre la frente de la muchacha antes de pararse del cómodo pero inestable asiento que le brindaban sus piernas para empujar a Erick un poco y conseguir un espacio a su lado, colocó una de sus manos entre las de su chica que se encontraban entrelazadas sobre su regazo y ladeó la cabeza para inclinar ligeramente su rostro contra su cabello, que por cierto, continuaba con el mismo olor a chicle de fresas de toda la vida.

Podría comérsela entera si tan solo tuviera la oportunidad de desaparecer a todos los que estaban en aquel cuarto.

- Siempre pensé que las parejas al dejar de verse por una temporada eran más efusivas, ya sabes, poniendo excusas para perderse en los baños juntos, yendo misteriosamente a fumar juntos o simplemente perdiéndose en alguna azotea hasta entrada la noche -reflexionó Christopher mientras miraba atento a su móvil al igual que los otros tres chicos que aparentemente se sintieron incómodos ante la escena amorosa- ustedes son más aburridos que las novelas sobre historia que ve mi mamá -farfulló lo último obstinado mientras tecleaba rápidamente-

- Quizás es porque uno, no podemos escaparnos al baño juntos porque Renato nos seguiría –alzó su dedo índice pretendiendo contar la muchacha- segundo, ninguno de los dos fuma y por si no te has dado cuenta aún, estamos en un aeropuerto Chris, no existen las terrazas en los aeropuertos porque básicamente toda la estructura es plana, todo es una eterna terraza, la conclusión de esto es, métete en tus asuntos y deja nuestra afectividad en paz -entornó los ojos al finalizar su discurso ganándose una sonrisa leve por parte de su novio-

- Esa novia tuya se te está descarrilando Zabdiel, ¡ponte once! , no quiero que luego digas que te somete o te obliga a comprarle cosas a media noche, ¡mano dura con ella! -advirtió el de larga cabellera alzando la mirada hacia la pareja y moviendo la mano en un movimiento obsceno pretendiendo azotar un trasero imaginario-

- Pero ¿qué es lo que le pasa a usted con mi Anarella, Chris? -exclamó horrorizado el muchacho de cabello rizado mientras sentía de pronto sus mejillas arder-

- ¡Colón! -exclamó la muchacha a ver el bulto al lado de Zabdiel comenzar a levantarse, finalmente el ruido dentro del área había acarreado consecuencias-

Sacramento ; ZDJ.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt