VIII

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Una sonrisa forzada se posó sobre los labios de Anarella en el momento en que la puerta de su casa se abrió de golpe dejando a la vista a Victoria, su madre, quien soltó un suspiro lastimero y un desesperado "gracias a dios".

- Ya está mamá, no era como que me matarían los chicos -Anarella entornó los ojos con cansancio- ¿Dónde está Jocelyn? me dijo que estaría esperándome en casa.

- Subió a tu habitación, está cambiando a Aaliyah –fue la única respuesta que recibió de su madre-

A paso acelerado subió los escalones hasta su cuarto y abrió la puerta de golpe sorprendiendo a las dos intrusas que dentro del espacio se encontraban, la mirada de su mejor amiga se encontró con la suya y unas risas histéricas se escamparon de las gargantas de ambas mientras se abrazaban con vehemencia.

- Leí tu mensaje, ¿tú estás loca, Anarella? –exclamó su amiga una vez que tomó en brazos a la bebé y alisó su vestidito de flores naranjas-

- No, o quizás sí, pero el que quedará loco será Zabdiel, ¿o acaso crees que no se merece lo que pretendo hacer? Ahora calla y déjame divina, tengo unos asuntos que resolver en el concierto –murmuró con rencor mientras acariciaba las mejillas regordetas de la nena-

Unas cuantas horas bastaron para que Anarella se duchara, lavara su cabello y lo planchara con ayuda de Jocelyn bajo la mirada curiosa de la bebé de Richard, un vestido veraniego y unos converse fueron el complemente perfecto para una tarde de concierto por parte de los chicos; no era una presentación a cielo abierto pero servía de oportunidad para comenzar su plan.

De la mano de su amiga emprendió camino al hotel donde se presentaría cnco, pasaron el check in y sonrieron de forma sincronizada cuando Renato se presentó ante ellas con aquellos lentes para lectura graciosos que poseía cuando ya se encontraban sentadas frente al improvisado escenario compuesto por 5 sillas y algunos instrumentos sobre el suelo.

- Zabdiel pidió verte antes de presentarse Ana, te agradecería mucho si me acompañaras, ese novio tuyo está hoy insoportable –comunicó el regordete señor robándole un suspiro agotado a la muchacha de castaños cabellos-

Con paso decidido emprendió camino hacia la habitación donde se escuchaban dos armoniosas voces calentar e ingresó con una sonrisa pícara sobre sus labios.

- Hey babys –exclamó con voz cantarina y al cabo de unos segundos unos brazos rodearon su cintura apresándola en un abrazo posesivo, Anarella entrecerró los ojos y deslizó su mano por la ancha espalda del ruliento muchacho ante ella- hola Zab -murmurò-

- ¿A dónde mierda te fuiste esta mañana, Anarella? ¿estabas con Joel, verdad? ¿Qué te traes tú con ese pendejo? –aquella frase y el tono empleado para pronunciar aquel murmullo la sorprendieron, jamás pensó ver a Zabdiel tan enojado, hasta podía llegar a pensar que nunca lo había visto enojado-

- Suéltame –murmuró entre dientes batallando entre sus brazos- suéltame ya mismo, Zabdiel de Jesùs –chilló robándose la atención de su compañero de banda dominicano quien miraban entretenido por el balcón de la habitación de hotel-

- Hey Zab pero ¿tù estàs bien, hermano? No debes tratar a Nani así –medió Richard tomando a la muchacha por el brazo y apartándola del agarre que su novio ejercía en ella- lo siento Anarella, es solo que Zabdielito tiene mucho estrès ¿o no, papi? –exclamó el muchacho entre risas nerviosas mientras le daba un ligero empujón en el pecho a su amigo para que reaccionara-

- Si...son los nervios –farfulló el muchacho con sorna mientras miraba a la muchacha de arriba a abajo- tengo mucho tiempo sin ver a mi reina ¿no? Necesito un tiempito pa' tongonearla –exclamó caminando a paso lento hacia ella nuevamente-

La castaña dio dos pasos nerviosos hacia atrás y su espalda chocó contra un torso delgado, giró rápidamente y una sonrisa leve decoró sus labios al ver al mexicano ante ella mirándola con preocupación.

- Zabdiel hermano te están buscando para la prueba de sonido –anunció el muchacho-

- Pero yo ya pasé.

- No, creo que tu micrófono se desconfigurò –explicó haciendo una mueca y apartándose de la espalda de la chica-

Un gruñido se escapó de los labios del boricua y se impulsó hacia adelante para tomar las mejillas de su novia entre las manos y besarla con rudeza, Anarella retrocedió con rapidez y limpió sus labios con molestia, el muchacho se limitó a reir y a salir de la habitación.

Un silencio incómodo se posó entre los tres presentes y Richard interrumpió aquello con el sonido de un carraspeo suave.

- So...vamos –murmuró tomando a Anarella de la mano y sacándola detrás de ellos-

Su cuerpo se balanceaba de un lado a otro al ritmo de la música mientras escuchaba a Jocelyn cantar a su lado, negó con sutileza y una risita se le escapó de sus labios.

En algún momento su amiga aceptaría que aún amaba al moreno.

Un par de ojos cansados la observaban con una sonrisa plasmada sobre sus labios y Anarella se sonrojó de forma inmediata al encontrar su mirada.

"Tus ojos no mienten, lo puedo descifrar, que de pronto lo que sientes no lo puedes evitar"

Estúpido.

La muchacha apartó su mirada y la posó sobre el mexicano que con típicos movimientos nerviosos agitaba su cabeza de lado a lado al ritmo de la suave música, una sonrisa tonta se formó sobre los labios de él y Anarella sintió por unos escasos segundos que el aire le faltaba, que le mundo podía detenerse por completo y ella ni cuenta se daría.

- Yo creo que esta canción merece una dedicatoria especial, muchachos –murmuró Joel contra el micrófono haciendo parecer su voz mucho más profunda y confusa de lo que era, en aquella sala con tan buena acústica y donde solo se encontraba un grupo reducido de personas digna de una presentación privada aquel tono de voz era azúcar para los oídos de todos- esto es volverte a ver y va para ti Ana, porque después de tantas semanas siempre es un placer verte de nuevo.

Y de esta manera es como se arruina a Zabdiel de Jesús hasta la locura.

"Quiero volver, volverte a ver, quiero volverte a besar y abrazarte para nunca más soltarte"

Una risa tonta se escapó de entre los labios de la muchacha y negó mientras miraba el suelo.

No sabía si Joel lo había hecho adrede pero el plan había comenzado de manera perfecta puesto que Zabdiel lo estaba mirando fijamente sin parpadear en estado de shock. 

Hola chicuelas, ¡espero no me hayan olvidado!

Estas semanas han sido una locura porque he comenzado a trabajar y se imaginaràn donde tengo la mente, lamento haberlas tenido sin actualizaciòn durante semanas, pero ya estoy acà para seguir con la historia.

Disfruten, no olviden dejarme sus opiniones, me encanta leerlas y me estimula a continuar la trama.

Un beso.

Sacramento ; ZDJ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora