XII

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Zabdiel era la persona menos confiable en el mundo, pero Joel se ganaba el premio al peor planificador de salidas del universo y sus alrededores. Casi de forma instantánea Anarella rio al ver la confusión plasmada sobre el rostro del moreno que miraba con atención los teléfonos móviles y tecleaba todos al mismo tiempo.

- ¿Puedo saber qué es lo gracioso de esta situación? –preguntó el muchacho alzando una ceja al ver el rostro risueño de su acompañante-

- Hm, nada, selecciona el teléfono de una vez –como si hubiese estado esperando esa señal, tomó un móvil color blanco y una funda de igual color, tomó su mano y la llevó con él hasta la caja de pago-

- Oh amigo, quizás la señorita quiera elegir algo con detalles dorados o rosa, todo bien girly, que combine con ese par de luceritos que tiene por ojos –un coqueto dependiente con rasgos latinos, encargado de empaquetar los productos miró a Ana con una ceja alzada y ella casi se atragantó con saliva, no quería causar inconvenientes y que Joel estuviera de por medio, ya era suficiente con que estuvieran hablando en español dentro de un establecimiento americano-

- No amigo, ella no quiere nada de esos colores...le va el más el negro...como el de mi cabello y el de su alma –murmuró Joel con un marcado acento extranjero que rayaba en lo estadounidense y que casi hizo reir nuevamente a Anarella, ¿de esa forma aparentaba el ser un chico malo ante un mexicano de cepa?-

- Basta, nos vamos–tiró de su brazo y tomó la bolsa con el logo del establecimiento que le entregaba la cajera, antes de salir del local se colocó mejor la chaqueta color vino del muchacho y sintió como este rodeaba su cintura con firmeza con un brazo- Joel...-murmuró ella incómoda apartándose ligeramente y sintió culpa al verlo bajar la mirada al suelo, por impulso se inclinó y besó su mejilla con suavidad mientras emprendía camino delante de él- pronto podremos unir nuestras manos frente a todos sin miedo a nada.

- No puedo esperar para que eso pase.

El helado que habían comprado antes de llegar al local para comprarle el móvil a Gabriel le había sentado de maravilla, aunque estaba segura de que el mismo se había derretido muy rápido debido a la belleza del muchacho a su lado que se había enfrascado durante el ameno momento a hablarle de sus planes para la banda y sus, casi a la perfección planeadas, vacaciones de invierno.

Anarella al principio podía sentir el peso de la culpa inquietante perturbándola mientras se perdía en el café de sus ojos pero el sentimiento fue olvidado cuando Joel había besado con sus labios sabor a vainilla los suyos con fragancia a helado de fresa y le había dicho que "olvidara el mundo" a su lado.

Gabriel le regaló una mirada cómplice mientras los veía cruzar el umbral del hotel y carraspeó de forma para nada disimulada a un Christopher que se levantó de golpe de los asientos de espera del lobby y corrió hacia Anarella y la tomó de un brazo para apartarla del roce de hombros que mantenía con su compañero de raíces mexicanas.

- Maldito Joel ¿acaso pretendes que nos maten a todos? ¿A dónde diablos te llevaste a Anarella? –regañó el ecuatoriano con la lengua más enredada que nunca-

- You are not Anarella's father, so relax –murmuró entre dientes el muchacho de enredados cabellos-

- No soy el padre, imbécil pero soy el que todo el tiempo tiene que cubrirlos de Zabdiel, ¿no pueden tomarse las molestias de al menos avisarme a donde diablos se van para no tener que enfrentarme a ese toro puertorriqueño solo? –un gruñido agudo se escapó de sus rosados labios-

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⏰ Last updated: Mar 31, 2018 ⏰

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Sacramento ; ZDJ.Where stories live. Discover now