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Pasaporte, maletas, ropa cómoda, saliva seca de los besos que le dieron sus padres, preservativos por parte de Jocelyn y cara de sueño, todo lo que necesitaba para partir con los muchachos a New Jersey lo tenía encima literalmente.

Arrastró su maleta a través de los lisos pisos del aeropuerto y sonrió ampliamente al ver a lo lejos a un pequeño cumulo de muchachos y regordetes señores sentados en la sala de espera, aceleró la caminata y se arrojó a los brazos de su mejor amigo que soltó un gruñido incómodo ante la sorpresa.

- Nunca voy a acostumbrarme a esto –murmuró Christopher con fastidio mientras rodeaba su cintura con sus brazos para devolverle el abrazo- Hola furiosella –murmuró con una risa reprimida-

- Hola cariño –respondió ella apartándose y arreglando su coleta alta- ¿Cuándo nos vamos?

- Dentro de poco, Joel y Renato están retirando los boletos para poder hacer el check y listo –se encogió de hombros mientras explicaba y sonrió con sinceridad- nos vamos a divertir mucho, zabdielita -palmeó con rudeza su espalda haciendo que ella soltara un gemido de dolor-

- Imbécil, soy mujer, respétame –se apartó de el con rapidez mientras estiraba su anatomía para conseguir liberarse del dolor-

La espera junto al ecuatoriano se hizo extrañamente corta mientras compartía con el resto del equipo que esperaba, sabía que Zab y Richard habían partido antes por un problema con la reservación de sus vuelos así que estaba segura de que mientras más cerca se mantuviera de Christopher mejor, porque básicamente sabía que su novio se la había dejado encargada y no, no pretendía causar problemas en el tour por los celos de Zabdiel.

- ¡Al check in! –escuchó exclamar a Renato y se puso de pie con pereza, tomó su maleta y su bolso de mano y emprendió camino a donde todos se concentraban para pasar el chequeo, una sonrisa se escapó de sus labios al ver a Joel-

No es que nunca lo hubiese notado pero Joel se veía particularmente agradable cuando usaba gafas de lectura, era ese tipo de chico atractivo que no necesita de grandes horas de peinado o de piezas de ropa llamativas para conseguir atención.

La federal que revisó su maleta la miró con desconfianza y Anarella casi se metía bajo los brazos de Christopher ¿qué diablos pensaba aquella mujer que llevaba ella en su equipaje más allá de ropa, maquillaje y las galletas favoritas de Zabdiel?

Pasado aquel momento incómodo se colocó de nuevo sus zapatillas y dio unos pequeños salticos para calzarse escuchando tras ella una risa leve, giró y entornó los ojos al ver a Erick mirarla con picardía.

- ¿Qué te pasa, cubano? –lo miró con desconfianza-

- A mi nada, a mi nada...mejor ve a que te den tu boleto –la empujó con sutileza a donde estaba Renato que estaba repartiendo como si de panfletos se tratara los boletos de avión, se estiró por encima de los demás pretendiendo con esto que la vieran hasta que sintió un jalón en su mano que la apartó del cumulo de trabajadores y puso frente a su rostro un pedazo de papel alargado.

- Nosotros ya tenemos boletos –escuchó decir al mexicano que la había apartado del tumulto, Anarella soltó un suspiro tranquilizador y sonrió con vergüenza, ya haría pagar a Erick por semejante bochorno- Hola hermosa...

- Hola Joel –murmuró ella entre dientes-

- ¡Ok guys, let's move on! –escuchó una vez más a Renato y se apartó del agarre de Joel, tomó su bolso y se lo colocó sobre sus hombros mientras avanzaba segura de que tras de ella iba el misterioso muchacho.

Sacramento ; ZDJ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora