- ¿Se siente cómoda?
- Si, estoy bien. - Sonreí.
- ¿Qué es eso de "Se"? - Preguntó papá.
- De hecho no lo sé. - Agaché la mirada, era como si todo hubiera vuelto a empezar.
- Déjalos. - Dijo Caroline, si, papá la había convencido, ¿Cómo no tengo idea? De quedarse con nosotros. Aunque estaba distinta y algo apartada, era la misma noble Caroline a quien conocí en un principio.
Papá tomó su mano y besó su mejilla.
Esa pudo ser mamá...
... Pero se quiso poner de alfombra, y terminó pisoteada por un hombre con las botas manchadas de lodo y otras porquerías de la calle.
- ¿Hija?
- ¿Si? - Contesté finalmente.
- Te estaba hablando. - Sonrió.
- Lo siento, estaba pensando.
- Y, ¿En qué pensabas?
¿Cómo decirle que pensaba en la mujer que básicamente le arruinó la vida, a pesar que él quería mejorarla para ella?
- En cuanto tiempo me falta para salir de aquí.
Llevaba días, tal vez semanas, había perdido la cuenta de cuanto tiempo había estado recostada en esta cama de hospital, y a pesar de que he tenido una excelente compañía, que me ha traído una magnífica distracción, es desesperante no poder salir de aquí.
- Tranquila, voy a hablar con la doctora y veremos que dice, yo he visto que has mejorado mucho.
Asentí con la cabeza, y miré a Andy, quien tenía la cabeza agachada, su rostro acunado en su mano, y su codo descansando sobre el borde de la camilla.
Me di cuenta que no había dormido bien, estaba cabeceando, se estaba durmiendo, y a pesar de que me dio una inevitable ternura, y por nada del mundo quiero separarme de él, debe irse y descansar como es debido.
Coloqué mi mano sobre la suya lentamente, la apreté con suavidad y él abrió los ojos al instante, sus ojos, en un principio desorbitados, buscaron mi mirada, y sonrió.
- Lo siento... - Cerró sus ojos con fuerza y luego los abrió, con un brillo espectacular, tratando de aparentar que nada pasaba, que no estaba cansado y que si había dormido, pero lo conozco muy bien, no puede engañarme.
- Papá.
- Si, ¿Mi cielo?
- ¿Podrías llevar a Andy a tu casa para que descanse un rato?
- ¿Qué? - Andy abrió los ojos, alarmado.
- Necesita dormir.
- No necesito dormir, necesito quedarme para cuidarla, y ver que esté bien y...
- Hayden tiene razón. - Papá se levantó.
- ¿Qué? - Casi grita Andy. - No, no puedo, necesito quedarme con ella.
- Vamos Andy, no me obligues a arrastrarte. - Sacó un par de esposas de su bolsillo sin mirar a Andy y él lo miró aterrado.
- Pero... Realmente necesito estar con ella... - Me miró y besó mi mano.
- Necesitas descansar Biersack, ella no se moverá de aquí.
- Para que estén más tranquilos, yo me quedaré. - Se ofreció Caroline y papá le sonrió.
- ¿Segura?
- Completamente. - Nos brindó una sonrisa encantadora.
- Está bien.
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Fanfiction- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...