Señorita Declarada

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Al siguiente día, al despertar y verme en el espejo, casi me infarto, no recordaba que me había cortado el cabello, y lo había pintado de negro.

Como supuse, Wendy no durmió conmigo, sino con Tom. Vaya, vaya.

Bajé las escaleras y fui a preparar el desayuno, pero, allí ya estaba mi pequeño, sentado con un tazón de cereal con leche.

- Hola mami. - Dijo cuando entré y sonrió. - ¿Y tía Wendy?. - Dios mío, amo la voz de mi pequeño ángel.

- Bien, muy bien. - No le voy a decir que vino a quedarse con Thomas y quién sabe que estarán haciendo.

- Bueno. - Llevó la pequeña cuchara a su boca, caminé y me senté a su lado. - Besé su mejilla con algo de fuerza, hasta aplastarle su hermoso cachetito y él comenzó a reír.

- ¿Sabes que te amo mucho?. - Volteó a verme con una sonrisa preciosa en su rostro.

- No. - Respondió mientras me miraba con una mueca divertida en su boca.

- ¿No?. - Comenzó a reírse.

- No. - Negó con la cabeza mientras se mordía la lengua levemente.

- ¿Cómo que no?. - Lo cargué en mis brazos mientras que él comenzaba a reírse a carcajadas por todas las cosquillas que le estaba haciendo.

- Si lo sé, mami si lo sé. - Decía, en tono de ruego, porque dejara de torturarlo con cosquillas.

- Más vale. - Le besé la frente y él me abrazó.

- Yo también te amo mucho. - Besó mi mejilla y de pronto sonrió.

- ¿Qué?. - Negó con la cabeza. - Dime. - Lo miré con una sonrisa y los ojos entrecerrados.

- Papá y tú se parecen mucho. - Soltó, mientras tomaba en sus manos mechones de mi cabello. 

Su inocencia a su corta edad y su enorme corazón jamás podrían entender, que había soltado una bomba sobre mi.

- ¿Ah, si?. - Asintió.

- Debo vestirme para la escuela. - Dijo haciendo muecas.

- Tranquilo Dom, enseguida. - Lo bajé y él salió corriendo rápidamente.

Me pasé la mano por el rostro.

"Papá y tú se parecen mucho". Mi Ángel, Dominik, más de lo que tu crees.

Mi padre se llevó a Dominik a la escuela porque, hoy debe volver con Caroline y mi hermano, el fin de semana los invitaré, tampoco puedo disponer de ellos así nada más, como si ellos no tuvieran sus propias vidas.

- Buenos días. - Entró Wendy a la cocina, después de que yo ya estaba bañada, maquillada y perfumada.

- Oh la la. - Chasqueó sus dedos cuatro veces. Reí por lo bajo.

- ¿Qué?.

- ¿Hoy eres una mamá guapa?. - Dijo sentándose en la barra.

- Tengo una reunión y debo estar presentable. - Le brindé un intento de sonrisa.

- ¿Estás bien?. - Me volteé para servirle café, si claro, servirle café, el hecho de que haya tenido que limpiar mis lágrimas sin que se de cuenta, no tiene nada que ver.

- Basta de mi, cuéntame, ¿Cómo te fue anoche?.

- ¿Anoche?. - Levantó una ceja y yo imité su gesto, entregándole su taza con café.

- Anoche. - Afirmé.

- No hice nada anoche. - Bebió un sorbo y yo la miré. - Por favor, no soy una zorra Hayden, no me acosté con tu amigo.

- ¿No recuerdas su nombre?

- Claro que lo... Se llama.

- Tom.

- Gracias. - Ambas reímos. - No quería.

- ¿Por qué no?. - Se encogió de hombros, bebí un poco de mi taza.

- Bueno, si quería, pero, ¿Adivina a quién le bajó la regla?. - Eso fue todo.

Casi muero atragantada por su último comentario, cuando pude salir del peligro de la muerte, comencé a reírme como una foquita con asma, Hayden, modales, por favor.

- ¿Es enserio?.

- Si. - Sonrió. - Me alegro que mi libido arruinado y mi abstinencia sexual te hagan gracia. - Reí.

- Escuché abstinencia sexual, y supe que hablaban de mi. - Entró Thomas. - Buenos días.

- Buenos días. - Dije, volviendo a reír.

- Buenos días. - Le dijo Wendy, con una sonrisa bonita que... Sinceramente nunca le había visto.

Sus preciosos ojos azules vinieron a mi mente entonces e inconscientemente sonreí, la de la sonrisa bonita, estando a su lado, podría ser yo ahora, pero...

Me pasé ambas manos por el cabello, Tom se acercó a Wen, y tras acariciarle la mejilla, la besó.

Que bonito.

Me marché, sin más, sin hacer ruido, ellos no me necesitan en un momento como ese, tomé las llaves de mi auto y comencé a conducir, esperando que pronto, y de algún modo, mi llanto parara.

Perdí a mi mejor amigo, y al amor de mi vida, al mismo tiempo. Eché la cabeza hacia atrás en el asiento.

- Cálmate, de una buena vez, Hayden, cálmate.

Me miré en el retrovisor.

"Papá y tú se parecen mucho". Cubrí mi boca con mis manos.

Tienes que ser fuerte Hayden, más fuerte de lo que nunca has sido. Has perdido a más gente... Claro que si, a la que erróneamente llamaba Mamá, a Cassie y las que comenzaba a creer que eran mis "amigas", Anna, y muchas otras personas en el camino... Pero, maldita sea, nunca amé a ninguna de esas personas, como amaba a Ryan, ni amaré nunca jamás a nadie de la misma manera en la que amo a Andy.

"... He reflexionado; se supone que ninguna mujer iba a volverme loco, ninguna me pondría en contra de mi voluntad, mis principios, e incluso mis convicciones, ninguna mujer nunca iba a hacer que intentara darme por vencido con la vida, ni haría que me sienta perdido, y llegaste tú, y... Lo siento, lo pondré en palabras simples, me jodiste... ".

Si Andy, lo sé, porque también tu lo hiciste conmigo.

Retoqué mi maquillaje y bajé del auto.

- Entonces, ¿Crees que sea posible que con esto tengamos pruebas suficientes para comenzar con el juicio?.

- Son buenas pruebas, pero, necesito cosas contundentes, en el diario se nombran robos a varias empresas y cuentas, necesitamos pruebas de eso.

- ¿Y cómo?.

- Sus hijos deben tener algo, algún papel, un registro de retiros o cuentas en el exterior, necesito algo sólido, o rechazarán el caso y pueden darnos una contra demanda por daño a la imagen y moral.

- Debe haber otra cosa.

- La chica.

- ¿Qué chica?.

- Alice.

- ¿Alice?.

- ¿La conoces?.

- Si, está quedándose en mi casa junto con los hermanos del difunto Ryan McKenna. - Que en paz descanses. - ¿Qué tiene que ver?.

- Hayden, ¿Leíste el diario?.

- Un par de capítulos y... - Lo miré, ahora comienzo a preocuparme.

- No lo sabes... - Se pasó la mano por el rostro.

- Mathew, ¿Qué cosa?.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now